La situación en Venezuela se está complicando por momentos. El alzamiento de Juan Guaidó contra Nicolás Maduro ya ha dejado un muerto y más de 50 heridos durante las primeras jornadas de protesta no sólo implica problemas sociales y políticos, también nos pueden afectar a los conductores de todo el mundo.
Venezuela es uno de los principales productores de petróleo a nivel mundial, su producción está cayendo en picado y, salvo recuperación milagrosa, su situación puede arrastrar los precios de los combustibles en todo el mundo.
Una situación complicada para EEUU sin apoyo de la OPEP
El pasado martes Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, anunció el comienzo de una acción civil pero con participación militar para buscar el fin definitivo de la presidencia de Nicolás Maduro: la Operación Libertad. Leopoldo López, opositor encarcelado en 2015 por el régimen de Maduro, también se ha unido a la causa tras un indulto de los agentes que le custodiaban según palabras del activista.
La llamada a la población de Guaidó y López juntos para tomar las calles de Venezuela ha iniciado una ola de reacciones. La población se ha echado a las calles con el apoyo de militares armados cansados de las políticas de Maduro y los enfrentamientos contra las tropas bolivarianas no han tardado en aparecer, especialmente en Caracas.
Con la situación tornándose insoportable tanto Guaidó como López se encuentran refugiados tratando de alejarse del peligro mientras que Maduro en un poco habitual ejercicio de discreción ha limitado su participación en los medios estatales a un solo tuit. Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU, ha asegurado que el mismo martes Maduro tenía listo un avión para huir de Venezuela pero que desde Rusia le pidieron que se quedara, aunque desde Rusia se ha negado cualquier tipo de participación.
El clima de tensión en Venezuela no ha hecho más que comenzar y puede tener una consecuencia directa en el precio de los combustibles. Es más, los mercados petroleros a nivel mundial ya se están empezando a resentir por la profunda inestabilidad venezolana.
Los analistas están convencidos de que el éxito de la oposición venezolana dependerá de si Guaidó cuenta o no con el apoyo de los militares de alto rango. De ser así su victoria sería probable, pero en caso contrario podría darse un escenario mucho más violento pero con menos visos de alcanzar la victoria.
En Estados Unidos el mismo martes, tras recogerse las primeras imágenes de las protestas violentas, el precio del crudo subió para poco después bajar ligeramente en expectativas de un hipotético triunfo de Juan Guaidó.
Durante lo que llevamos de 2019 los precios del petróleo y sus derivados mantienen una tendencia al alza debido a que la OPEP ha cerrado un poco el grifo y como respuesta a la hostilidad de Donald Trump contra Irán y Venezuela, dos de los países que forman la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Así, el precio medio de la gasolina ha pasado de 0,53 a 0,68 euros por litro en estos cuatro primeros meses de 2019.
Venezuela es el país con mayores reservas de petróleo, pero en cambio su producción y exportación no para de bajar debido a la falta de inversión y un errático suministro energético. En diciembre de 2018 Venezuela produjo 1,2 millones de barriles de crudo, cayendo casi la mitad hasta marzo de 2019 con sólo 750.000 barriles.
Las exportaciones han bajado de 1,24 millones en enero a 476.000 barriles en abril de 2019. Estado Unidos era el principal receptor de estos barriles y el enfrentamiento entre Trump y Maduro se ha traducido en sanciones prácticamente inasumibles contra la empresa estatal venezolana de petróleo, PDVSA.
A partir de ahora hay dos escenarios. Si Guaidó vence el pulso a Maduro, teniendo en cuenta el apoyo casi unánime por parte de los países más relevantes en la economía mundial, los analistas auguran una recuperación probable pero lenta. Desde Washington han abierto la puerta al cese de las sanciones si los opositores derrocan a Maduro, lo que ayudaría a la PDVSA y haría bajar los precios del petróleo.
En el caso de que Maduro persista en la presidencia de Venezuela las consecuencias en el mercado del petróleo podrían ser impredecibles, pero casi con total seguridad la producción y exportación de petróleo venezolano seguiría por la senda del batacazo, arrastrando un precio al alza de los combustibles que impactaría primero en EEUU y posteriormente en el resto del mundo.
De manera colateral si las cifras de Venezuela siguen cayendo, para sostener la demanda mundial de petróleo y contener el repunte de los precios, bien Estados Unidos o bien la OPEP tendrían que incrementar sus ritmos de producción. Donald Trump ya pidió a la OPEP que previera un posible incremento de los precios y pidió que se incrementara su producción.
En respuesta a Trump, Khalid al-Falih (ministro de Energía de Arabia Saudita) no manifestó el más mínimo interés por las preocupaciones del presidente de EEUU y, además, sugirió la posibilidad de que el suministro siguiera bajo mínimos de manera deliberada hasta 2020.
Por su parte Estados Unidos podría incrementar la producción. Hasta ahora el petroleo americano estaba un paso por detrás pero, con el filón del petróleo de esquisto de la Cuenca Pérmica de Texas, EEUU sí tendría margen para combatir una subida de precios de los carburantes. El problema es que este tipo de petróleo, más ligero, se atraganta en las refinerías americanas y debe ser mezclado con petróleos más pesados.
Como dicen en Venezuela: amanecerá y veremos.
