The New York Times se ha hecho eco de una situación bastante preocupante que se está normalizando en Nueva York. Una serie de suicidios está golpeando el gremio del taxi en la Gran Manzana: los conductores no pueden hacer frente a las deudas y a la brutal competencia que suponen plataformas como Uber o Lyft, que encuentran su mayor mercado en Estados Unidos.
La pérdida de valor de las licencias y la predominancia de Uber, dos de los factores
En los últimos cinco meses se han quitado la vida cuatro conductores profesionales, ahogados en una crisis financiera que se está extendiendo. Estos sucesos han llamado la atención acerca de la desesperación económica que afrontan algunos taxistas a diario.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ya intentó regular el sistema de transporte de Uber en 2015, pero no lo consiguió; ahora puede volver a intentar limitar el número de estos vehículos de alquiler. El diario estadounidense habla acerca de la caída en picado del valor de las licencias a medida que aumentan las aplicaciones de transporte alternativo:
"Las licencias de taxi que una vez se vendieron por más de un millón de dólares ahora cuestan tan solo 175.000 dólares. Más de 60.000 coches negros están vinculados a Uber, lo que hace que disminuya el número de taxis amarillos, que están limitados por ley a aproximadamente 13.587".
De hecho, el año pasado los viajes en Uber predominaron por encima de los viajes en los icónicos taxis amarillos. En febrero, Uber realizó 410.000 viajes al día, en comparación con los 112.000 de Lyft y los 33.000 de Via.
La mujer de uno de los fallecidos ha habilitado una página web de crowfunding para poder pagar la licencia del taxi y obtener la jubilación, junto a un texto que relata la historia de la familia:
"Esperaban usar la licencia para financiar su hogar y su jubilación, pero en los últimos 5 años la industria del taxi cambió para peor. Los ingresos de los conductores han caído casi un 30%, por lo que es casi imposible mantenerse al día con los gastos operativos, y mucho menos con los gastos médicos o el tiempo para descansar y recuperarse".
En Estados Unidos el número de nuevos conductores asociados con Uber ha crecido exponencialmente: mientras que menos de 1.000 personas se unieron a la plataforma en enero de 2013, casi 40.000 lo hicieron un año después. Aunque no se ha establecido una conexión directa con la llegada de Uber, es cierto que el número de viajes por taxi en San Francisco, cuna de la plataforma, se ha visto reducido en un 65% entre 2012 y 2014.
El estudio 'Drivers of Disruption? Estimating the Uber Effect' del que nos hicimos eco en febrero, revelaba que los ingresos medios por hora de los conductores de taxi por cuenta ajena han caído en alrededor de un 10% en las ciudades con el servicio de Uber.
En España la expansión de la economía compartida también ha abierto el debate de si supondrá la desaparición de los trabajos tradicionales, especialmente en el sector del taxi. Esta situación tiene su porqué en las dificultades para acceder a una licencia; se han convertido en un bien muy preciado que además ha visto aumentar su precio hasta límites inimaginables. Por eso, piden protección al Gobierno.