Los pronósticos son mejores de lo que se esperaba en China, el mayor mercado automotriz del mundo: se calcula que las ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables alcanzarán un récord de seis millones de unidades este mismo año; medio millón más de lo que calculaba la industria y el doble que el año pasado.
En el podio de fabricantes con mayores ventas, BYD y Tesla.
Los datos de la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China recogidos por Autonews Europe muestran que las ventas de vehículos electrificados se duplicaron con creces en julio, a alrededor de 486.000 unidades, lo que representa el 27 % del mercado de automóviles nuevos.
Esto supone un aumento del 117 % en julio con respecto al mismo período hace un año, gracias a los incentivos del Gobierno (como subsidios en efectivo para los fabricantes).
También a la recuperación de las cadenas de suministro y el aumento de la demanda de vehículos eléctricos debido a los altos precios del petróleo, según ha explicado la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China.
Este empujón tras un mes de junio marcado por fuertes parones en la producción -sobre todo de Tesla- ha servido para que los pronósticos apunten que este año se venderán en el país asiático, como mínimo, el doble de vehículos eléctricos que en 2021, cuando las ventas rozaron los tres millones de unidades.
A la cabeza quedan BYD, Tesla y XPeng.
Tesla entregó 28.217 vehículos eléctricos desde su fábrica de Shanghái el mes pasado, frente a las 77.938 unidades de junio; una caída del 54 % con respecto a junio de 2021 y casi dos tercios menos que el mes anterior.
Una actualización de sus líneas de producción están detrás de este retroceso.
Y mientras que las ventas de Tesla se desplomaron, el fabricante chino de vehículos eléctricos y baterías BYD recuperó el primer puesto de ventas, vendiendo 80.991 vehículos eléctricos puros, un 16 % más que en junio.
Le siguen muy por detrás XPeng, Li Auto y NIO.
Un agresivo programa de ayudas que empezó en 2009... y podría terminar pronto
China comenzó a otorgar subsidios para fomentar el coche eléctrico en 2009. Desde entonces, el gobierno central ha gastado el equivalente a más de 28.000 millones de euros en fomentar esta forma de movilidad.
Pero el alto coste que suponía para las arcas públicas el rápido aumento de ventas de coches eléctricos unido a problemas de fraude inició una renovación de este sistema de incentivos en 2017, con estándares técnicos más altos y una eliminación gradual de las ayudas hasta 2020.
La pandemia y la recesión económica frenaron los planes de China -al menos a corto plazo- de eliminar gradualmente estas ayudas, que han continuado para incentivar y estabilizar el mercado.
Se espera que las subvenciones, a las que pueden optar tanto las empresas nacionales como las extranjeras, continúen al menos hasta 2023.
Por ejemplo, en mayo el Gobierno central recortó los impuestos de algunos vehículos de pasajeros de bajas emisiones en un 50 %, mientras que los gobiernos municipales contribuyeron con subsidios e incentivos para atraer compradores.
Pero a largo plazo, de aquí a 2030, China tiene como objetivo ir desvinculando poco a poco el crecimiento del sector de vehículos eléctricos de los subsidios directos, haciéndolo más autosuficiente, al igual que ya está pasando en Europa.
Noruega está viendo los peligros de sobreincentivar al coche eléctrico, mientras que Alemania ya tiene un plan para dejar de subvencionar los híbridos enchufables.