28 de septiembre de 2012. No fueron pocos los que aquel ya lejano día se aventuraron a pronosticar que la carrera de Lewis Hamilton estaba acabada. El piloto inglés, otrora joven promesa de la Fórmula 1, dejaba McLaren para fichar por Mercedes. Un movimiento sobre el que se dijo que solo primaba el dinero y que condenaría su carrera, comparándolo con el de Jacques Villeneuve por BAR.
Solo siete años después de aquello, Hamilton es ya el segundo piloto más laureado de la historia de la Fórmula 1, solo por detrás de Michael Schumacher, precisamente el corredor al que reemplazó en Mercedes. Y todo apunta a que en 2020 Hamilton batirá muchos, sino todos, los récords que dejó vigente el alemán.
Las cuatro fases de la carrera de Lewis Hamilton
La evolución de Hamilton como piloto ha sido posiblemente la más taquigrafiada de la historia de la Fórmula 1, ya que se ha producido en plena era internet. Todos hemos podido presenciar como aquel piloto agresivo y rápido, capaz tanto de ganar doblando al segundo como de hacer cinco trompos en la misma carrera se ha contagiado de la eficacia de Mercedes para convertirse en una máquina de ganar.
La carrera de Hamilton se podría decir que ha pasado por cuatro etapas bastante marcadas. La primera, la más corta, duró desde su debut en Australia hasta la famosa carrera de China 2007, que en España se popularizó como la del 'Sanganchao'. Ese Hamilton irreverente que puso en jaque a un campeonísimo como Fernando Alonso, pero que se pensó invulnerable y no lo era.
Esa dolorosa derrota dio pie a una segunda versión de Hamilton, igual de rápido pero mucho más inseguro e inestable. Ganó el mundial de 2008 por los pelos en una temporada en la que los pilotos que mejor lo hicieron no tuvieron coche a la altura y los que sí lo tuvieron no dieron la talla en cuanto a pilotaje.
Aquella primera corona, obtenida por un puntos y en la última curva contra Felipe Massa, no serenó a Hamilton, que se mantuvo igual de inestable hasta que dejó McLaren después de perder un duelo de tres temporadas contra Jenson Button. Su compatriota, el segundo de los tres campeones con los que Hamilton ha tenido que lidiar como compañeros, sumó quince puntos más que él en esos tres años.
Con la llegada a Mercedes, lejos de lo que muchos esperaban, Hamilton encontró la calma. Su pilotaje se volvió más maduro, pero todavía había algo que le incordiaba. Un recuerdo del pasado, Nico Rosberg, que conocía perfectamente a Hamilton y que fue capaz de incordiarle hasta el extremo de arrebatarle aquel título de 2016.
He's just one away from matching the all-time record 👀@LewisHamilton became a six-time world champion in Texas today 🏆#USGP 🇺🇸 #F1 pic.twitter.com/11L1VkuZNr
— Formula 1 (@F1) November 3, 2019
Con Rosberg ya retirado estamos viendo la mejor versión de Hamilton, esa cuarta etapa de su carrera en la que se sabe amo y señor de su equipo y, por extensión, de la Fórmula 1. Hamilton siempre está en su sitio, vuela en clasificación y remonta en carrera cuando no lo hace. La dupla que forman Sebastian Vettel y Ferrari no ha podido ni hacerle cosquillas.
Lewis Hamilton, un candidato a ser el mejor piloto de la historia
La próxima temporada es la última baza seguro que tiene Hamilton. Con el cambio de reglamento a la vuelta de la esquina, y sin saber qué le deparará entonces el futuro a Mercedes y al propio Hamilton, el ya hexacampeón mundial debe aprovechar 2020 para batir todos los registros que aún le quedan a Michael Schumacher.
El más evidente el de campeonatos mundiales, donde de conseguirlo Hamilton empataría con Schumacher. También tiene a tiro de piedra el de número de victorias, ya que 'El Kaiser' paró el contador en 91 y Hamilton ya lleva 83, quedándole por delante dos carreras de 2019 y 22 de la próxima temporada.
En número de podios Hamilton está a solo cinco de Schumacher, y en poles el británico es el récordman absoluto desde hace ya más de dos años. Solo en vueltas rápidas, donde Schumacher todavía acumula 31 más que Hamilton, puede estar tranquilo 'El Kaiser'. Nadie sabe qué deparará el futuro, y si Hamilton seguirá corriendo más allá de 2020, pero lo cierto es que ya es leyenda.
Lewis Hamilton ya es un aspirante tan digno como cualquier otro al cetro de mejor piloto de la historia de la Fórmula 1. Los números le avalan, pero también lo hace su velocidad, su estilo de pilotaje espectacular y una cierta honestidad en pista que ha ido mejorando con los años y que le diferencia de algunos de sus posibles rivales en esta fantasiosa clasificación.
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