Como viene siendo habitual desde principios de la pasada temporada, con cada gran premio de Fórmula 1 nos llega la oportunidad de repasar una carrera histórica de la categoría reina. Evidentemente, en algunos paises hay más historia que en otros y eso es parte de lo entretenido en el mundo de la Fórmula 1. Pero con la llegada de la parte final del campeonato nos encontramos con un problema, y es que hay muchos paises con una historia muy corta.
Por ello con la llegada del Gran Premio de Singapur no veremos una carrera de Fórmula 1 histórica en este país, ya que la de 2013 es "solo" la sexta edición y a fin de cuentas todas las hemos vivido en Motorpasión F1. Por ello, esta vez recuperamos un país que hace años que no está en el calendario pero que debería estarlo. Se trata del lugar de origen del nombre "Grand Prix" que conocemos hoy en día. Francia nos ha dado buenas y malas carreras, pero en 1967 se juntaron dos nombres por primera y única vez en la historia. Le Mans y Fórmula 1.
Le Mans es historia pura. Desde los altos árboles que hay al lado de Hunaudieres hasta las protecciones, que durante muchos años mantuvieron los mismos patrocinadores, pasando por el clásico aspecto que tenían sus boxes en los años 60 y 70. Nombre del constructor y número dentro de un círculo. Esa vista es suficiente para saber que se habla de Le Mans. Por eso, imaginar los nombres de los constructores de la categoría reina allí se hace extraño.
Muchos no conocen este hecho; que la Fórmula 1 compitió en Le Mans en una ocasión. Sucedió en 1967, el último año que la Fórmula 1 compitión sin alerones y sin patrocinadores que cambiaran el color de la carrocería. Pero no fue en el siempre popular circuito de La Sarthe. El trazado elegido fue el nuevo circuito de Bugatti, que se había construido para poder ser utilizado más ampliamente que el circuito de las 24 horas. El trazado Bugatti, por lo tanto, vio carreras de Fórmula 3 que no habrían podido disputarse en el largo.
Hoy en día la idea de correr en el circuito de 13km nos parece tan atractiva como imposible pero en 1967, el Gran Premio de Alemania se disputaba en el circuito de Nürburgring (~23km) y el de Bélgica en Spa-Francorchamps (14km), con lo que correr en el trazado de las 24 horas no habría sido una locura. De hecho, el circuito utilizado para el Gran Premio de Francia de 1967 fue considerado anodino y aburrido tanto por los pilotos como por los aficionados y todo el mundo deseó que la carrera hubiera tenido lugar en el legendario circuito francés. El "de verdad". Pilotos incluidos.
Pero a veces las cosas no pueden ser y la Fórmula 1 se dirigió al trazado de Bugatti donde disputarían la quinta prueba del campeonato. La Fórmula 1 en el pasado visitaba casi exclusivamente circuitos rápidos ya que sin alerones aún, los circuitos lentos eran aún más lentos; demasiado. Le Mans Bugatti tuvo este problema, con una recta de meta que llevaba a una curva de segunda que servía de enlace con el "infield". Esta llevaa a una curva de tercera que a su vez iba a parar a otro ángulo de segunda.
Demasiado lento y básicamente un circuito de "stop & go" que le dio la ventaja a Lotus con su 49 y el motor Cosworth. Graham Hill marcó la pole aunque el Jack Brabham con su propio coche aprovechó la velocidad en el paso por curva para obtener una segunda posición bastante destacada. La sorpresa venía en forma de la tercera plaza del Eagle Weslake de Dan Gurney, que venía de ganar en el rapidísimo Spa-Francorchamps y tendría un segundo coche para su amigo Bruce McLaren, quien no tenía su propio coche listo para Francia. Saldría quinto detrás de Jim Clark.
Con quince coches tan solo en parrilla, lo cierto es que la imagen era más bien pobre (sobre todo teniendo en cuenta que en Bélgica hubo 18 pilotos y que en la siguiente carrera en Gran Bretaña habría 20. Al final, en un circuito pequeño con el trazado menos popular que podría haberse elegido, solo unas veinte mil personas se desplazaron hasta el Bugatti para disfrutar de una carrera que, buena o mala, acabaría por ser única ya que nunca más un Fórmula 1 ha disputado una carrera allí.
Nada más empezar la carrera, Graham Hill intentó tirar fuerte pero en la segunda vuelta Jack Brabham adelantó al piloto de Lotus. Mientras que el motor Cosworth les daba la posibilidad de marcar tiempos muy rápidos en entrenamientos, la ligereza del Brabham era clave en carrera. Pero nunca había que descartar al inigualable talento de Jim Clark, quien saliendo desde la cuarta posición solo necesitó siete vueltas para situarse en cabeza. Hill siguió a su compañero, que abría camino, y Lotus ocupaba las dos primeras posiciones.
Pero si Jim Clark ganaba, eso ponía en peligro la situación de Hill dentro del equipo (teniendo en cuenta que Clark ya era el favorito de Colin Chapman), así que el inglés superó al escocés y empezó a distanciarse poco a poco hasta que su coche dijo basta poco después, en la vuelta 14. Solo nueve vueltas más tarde el coche de Clark abandonaría también. Ambos habían tenido problemas en el diferencial, y esto servía la victoria en bandeja de plata a Jack Brabham, que lideraba holgadamente. Por detrás, Dan Gurney y Chris Amon ocupaban merecidas posiciones en el podio.
Desafortunadamente, ambos abandonaron, con el Eagle siendo víctima una vez más de su enorme fragilidad, más elevada incluso que la del Lotus 49 (el Eagle terminó solo dos carreras, con una victoria y un tercer puesto). Esto dejaba a Denny Hulme con una actuación discreta pero que era merecedora de un segundo puesto, a 49 segundos del líder. El podio lo completó un tal Jackie Stewart con el BRM con motor H16, cuya configuración era terrible para este circuito. Pero había aguantado hasta el final y eso le daba el resultado. Tras la carrera, la Fórmula 1 "huyó" de Le Mans y no ha vuelto aún.