Todo le salió al revés. Fernando Alonso no podía haber tenido una actuación más desafortunada que la que ha completado hoy en el GP de Alemania. El coche ha vuelto a dejar al descubierto todas sus carencias, pero también hay que reconocer que esta tarde Alonso no ha estado acertado.
En la salida, como ya es habitual, ha perdido una posición con Kubica y no ha podido adelantar a Trulli. Y en su intento de hacerlo en las siguientes vueltas, el italiano le ha cerrado y Kimi Raikkonen lo ha superado. Esa ha sido la historia de la carrera. Cada vez que el español ha intentado adelantar a un rival, además de no conseguirlo, se ha visto rebasado por el coche que le seguía. El resultado: el undécimo puesto final, algo que escuece aún más al ver a su compañero Nelson Piquet subir por primera vez al podio. El piloto brasileño ha visto como le sonreía la fortuna que no ha tenido Alonso en todo lo que llevamos de temporada. Piquet salía con una estrategia a una sola parada y justo después de entrar en boxes, un safety car lo dejaba en una posición óptima para llegar a optar incluso a ganar la carrera. Lewis Hamilton se lo ha impedido, pero Piquet ha logrado el primer podio de Renault este año, algo que debía estar reservado para Alonso.
El asturiano no ha querido excusarse con las deficiencias del coche y únicamente ha aludido a la falta de fortuna para explicar su pésimo resultado de hoy. "Hubo momentos de la carrera que fueron decisivos. Cuando Trulli me ha cerrado al intentar adelantarle o cuando Vettel ha salido de mala manera en el pitlane cuando yo estaba en el carril rápido que me han hecho perder 3 ó 4 posiciones. De no haber sido así, habría acabado sexto o séptimo, que era el objetivo".
Alonso volvía a referirse a la suerte para explicar el fenomenal resultado de su compañero: "Mi compañero, que tenía algún problemilla durante el fin de semana, que no acaba de encontrar el ritmo y no acaba de ir bien, de repente sale un safety car y te encuentras en el podio". Desde luego, aunque no dudo de que Alonso se haya alegrado por el excelente resultado de su compañero, el estado de ánimo del español no era ni mucho menos para celebrar nada.
