El taxi volador de El Quinto Elemento, el spinner de Blade Runner o el Delorean volador de Regreso al Futuro II (una manera de perfeccionar lo perfecto). El coche volador ha sido siempre el sueño del ser humano desde la existencia del propio coche. No en vano, el propio Henry Ford trató de materializarlo con su Flivver, nada más y nada menos que en 1926.
Pero aunque no lo creamos, existen en la actualidad más proyectos de coches voladores de los que podemos llegar a imaginar. Desde la Unión Europea hasta el MIT, todos quieren subirse al carro del coche volador, el hito que está llamado a revolucionar nuestra forma de desplazarnos junto con la movilidad eléctrica y la conducción autónoma.
El coche volador ya está entre nosotros
Dos de los primeros que parecen haber materializado su sueño han sido los ingenieros eslovacos Stefan Klein y Juraj Vaculik, creadores del Aeromobil. Cuentan ya con nada más y nada menos que tres versiones disponibles, y una 4.0 ya desarrollada que planean lanzar en 2020. Su concepto es simple: un biplaza de bonito diseño futurista que despliega sus alas para convertirse en una pequeña avioneta.
El coche volador está llamado a solucionar los problemas de tráfico y contaminación de las ciudades
Aunque el Aeromobil es ya una realidad, no resuelve a priori ninguno de los problemas a los que el coche volador está llamado a solucionar: la congestión en las ciudades y la contaminación de los vehículos. Utiliza un motor de gasolina, por lo que no ayudaría a reducir la polución en las ciudades, y necesita de centenares de metros para despegar y aterrizar, lo que lo hace poco viable para iniciar el vuelo en plena ciudad.
Sin embargo, Aeromobil ha recibido ofertas de compra de muchas empresas tecnológicas. Quien no ha querido entrar a la puja ha sido Google, pero no por falta de ganas. La empresa de la gran G, y en concreto Larry Page, uno de sus fundadores, están invirtiendo en sendos proyectos para alcanzar el auto volador definitivo. Por un lado, el proyecto Kitty Hawk ha desarrollado su Flyer, una especie de dron gigante que permitirá a una sola persona desplazarse por encima de las aguas volando.
Por el otro, el proyecto Zee.Aero está desarrollando más en secreto un vehículo que estaría más cerca de una avioneta eléctrica con despegue vertical. Aunque en este caso no parece contemplarse la posibilidad de circular de forma terrestre, al menos no requeriría de mucho espacio para despegar o aterrizar, por lo que no sería difícil imaginarnos sobrevolar el tráfico de nuestra ciudad desde nuestra propia azotea.
El coche volador como servicio
Si hablamos de volar, debemos hablar de Airbus. Y es que el gigante aeronáutico también tiene en desarrollo su propio coche volador. Bautizado como Vahana, se trataría de un convertiplano eléctrico con alas rotables que permitirían despegar como un helicóptero y volar como un avión. Pero Airbus concibe su proyecto más como un MaaS (Mobility as a Service) que como un simple prototipo, pues la idea es que Vahana sea completamente autónomo y compartido a través de plataformas de carsharing.
Airbus concibe el coche eléctrico más como un Mobility as a Service
De esta forma, el Vahana sería más accesible al público, al no tener que adquirir uno en propiedad, y se prescindiría de la necesidad de un piloto con conocimientos a los mandos. Además, al estar conectado, sería mucho más fácil gestionar un tráfico aéreo con decenas de estos vehículos sobrevolando la ciudad.
En la revolución del transporte no podía faltar Uber, que tras anunciar su plataforma de carpooling Uberpool y lanzar su flota de helicópteros Uber Choper en Las Vegas, se habría embarcado en la aventura de UberAir y Uber Elevate, una suerte de servicio de taxis voladores. Para ello está invirtiendo en nada más y nada menos que cinco empresas diferentes que actualmente están desarrollando prototipos con capacidad para 4 a 8 pasajeros. El objetivo es tener UberAir disponible para la Expo de Dubai de 2020, un evento ideal para introducir un MaaS que, yendo de la mano de Uber, contaría además con todo el recorrido de su plataforma.
El coche volador de Toyota en los Juegos de Tokio
También 2020 parece ser el objetivo de otra que no podía faltar a la cita de la carrera por el coche volador: Toyota. Ese año se celebran los Juegos Olímpicos de Tokio y el país entero quiere mostrarse al mundo como la gran potencia tecnológica que es.
Toyota participa de esa ilusión y ha decidido apoyar a Cartivator, una startup cien por cien nipona con los mejores investigadores de la Universidad de Tokushima. El fabricante de automóviles ha invertido la nada desdeñable cifra de 9.300 millones de dólares para el desarrollo de proyectos de vehículos y movilidad.
Skydrive ofrece la posibilidad de volar a diez metros de altura si la situación lo requiriese
De esa cantidad, 400.000 dólares han sido destinados para SkyDrive, un proyecto de coche volador que estará encabezado por el gurú de los drones Masafumi Miwa. No en vano, el SkyDrive es muy similar a un dron con ruedas, de casi tres metros de largo y la posibilidad de volar a diez metros de altura si la situación lo requiriese.
El objetivo de Miwa, quien está siendo apoyado por los ingenieros de Toyota y de la Universidad de Tokushima, es tener listo un prototipo completamente funcional este mismo año, y poder lanzarlo a nivel comercial antes de las Olimpiadas de 2020. Serán sin duda unos Juegos muy especiales, pero si le sumamos a las grandes estrellas del deporte llegando al estadio en estos coches voladores, tendremos sin duda una imagen para la posteridad.
Imágenes | Wikipedia/EU2016 SK | Vahana | Cartivator
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