Caen las hojas y las temperaturas y con ello te proponemos algunas escapadas de fin de semana en las que coger el coche y disfrutar de los paisajes de esta estación del año. Ya sea en un pequeño Yaris hybrid o en un potente RAV4 hybrid, contamos con una ruta ideada para cada uno de los híbridos de Toyota.
Adentrarse en Zaragoza con el Toyota Yaris hybrid
El pequeño híbrido de Toyota es un coche urbano, ágil en el tráfico de la ciudad y compacto para colarse en los aparcamiento más reducidos. Es un coche ideal para nuestro día a día, pero también para los fines de semana y, por qué no, para nuestras fugaces escapadas de otoño. Una propuesta muy adecuada es Zaragoza, que se encuentra perfectamente comunicada por autovía y está a medio camino entre Madrid y Barcelona. Desde cualquiera de estas dos ciudades, llegaremos cómodamente a la capital aragonesa en menos de tres horas, aunque podemos aprovechar para visitar las medievales ciudades de Medinacelli (si venimos desde Madrid) o Montblanc (si llegamos desde Barcelona).
Ya en Zaragoza, podremos movernos en coche por buena parte de la ciudad, al menos para acercarnos a los puntos más turísticos. Eso sí, el aparcamiento suele ser de pago y con máximos de tiempo de dos o tres horas. Además de la consabida Basílica del Pilar y todo el casco antiguo, es muy recomendable recorrer toda la zona de la Expo, especialmente el Paseo del Agua y el Acuario Fluvial. En Zaragoza también podremos visitar curiosos museos como el del Fuego (dedicado a los Bomberos) y el EMOZ (centrado en el arte del Origami).
Conocer la Portugal interior con el Toyota Prius
El Toyota Prius hybrid es el híbrido por excelencia. Un vehículo que, a pesar de estar pensado para ofrecer bajísimos consumos, nos garantiza todas las prestaciones para realizar largos viajes con el máximo confort. Y si contamos con el Prius+ hybrid, nos aseguramos además espacio suficiente para toda la familia. ¿Qué tal poner a prueba esas prestaciones en las denominadas autobahnen del sur de Europa? Sí, estamos hablando de Portugal, y uno de los trayectos más frecuentes es alcanzar la maravillosa Lisboa desde la también hermosa Badajoz, a dos horas por autovía de peaje.
Pero como al Prius hybrid tampoco le asustan las carreteras convencionales, plantearemos este viaje con una salvedad: salirnos de la autovía puntualmente para visitar hermosas localidades (algunas Patrimonio de la Humanidad) como Elvas y sus fuertes; Évora y sus monumentos romanos; Santarém y su extenso patrimonio gótico; o Setúbal y sus iglesias de estilo manuelino. Podremos plantear estas visitas durante el trayecto, o bien partiendo desde Badajoz, junto a la frontera, bien desde la propia Lisboa.
Recorrer la Provenza y la Costa Azul con el Toyota Auris hybrid
Toyota nos prometió con su Auris hybrid “volver a enamorarnos de la conducción”. Y con la ventaja del motor eléctrico en su versión híbrida, atravesar campos y pueblos puede convertirse en una delicia. Si además contamos con el Auris hybrid Touring Sports, podremos llevar con nosotros a toda la familia o al grupo de amigos sin miedo a quedarnos sin espacio para las maletas.
Para esta ocasión, proponemos una ruta por el sur de Francia, cruzando la frontera y dirigiéndonos hacia Niza, al este. De esta forma podremos conocer las míticas regiones de la Provenza y la Costa Azul, pasando por ciudades como Montpellier, Marsella o la cinematográfica Cannes. El Valle del Luberon o el parque nacional de Verdon también deberían ser escalas de nuestro viaje si queremos alejarnos de la costa. Todos ellos son lugares turísticos, pero viajando en otoño encontraremos menos tumultos y precios más asequibles.
Ascender a la Serra da Estrela con el Toyota C-HR hybrid
Que Toyota presente el C-HR hybrid como un “SUV urbano”, no quiere decir que lo usemos sólo para ir a hacer la compra del mes. Este todocaminos compacto se comporta igual de bien cuando sales a carretera y le exigimos velocidad en rectas y agilidad en curvas; incluso si estamos ascendiendo y son más cerradas, pues su bajo punto de gravedad lo mantiene bien agarrado al suelo. Además, con sus 122 CV, nos aseguramos que responderá en pendientes considerables, y podremos aprovechar las bajadas para cargar las baterías. Sin duda, uno de los sitios donde podemos poner a prueba estas prestaciones es en la hermosa Serra Da Estrela, en Portugal.
La Serra Da Estrela no es muy conocido en nuestro país, pero tiene el punto más alto de la Portugal continental (a más de 2.000 metros de altura) y acoge una de las etapas de montaña más duras de su vuelta ciclista. Posee además la única pista de esquí del país luso, por lo que si somos amantes de los deportes de nieve y estamos en temporada, podemos cargar nuestro equipo en el C-HR hybrid y hacer unos descensos. Sea como fuere, podemos alojarnos en Covilhã, al pie de la sierra. Ya llegar hasta esta coqueta localidad (bien entrando por Badajoz o Salamanca) supone conocer la belleza de la Portugal interior. Desde allí, podemos ascender hasta Torre, el punto más alto de Portugal y donde se encuentran las pistas; o bien visitar pintorescos pueblos de montaña como Belmonte o Manteigas. Todo está bien comunicado por carretera, pero necesitaremos de la potencia del CH-R para los ascensos.
Redescubrir Mallorca con el RAV4 hybrid
Cuando hablamos de Mallorca, se nos viene a la cabeza la imagen de recorrer las escondidas calas con un pequeño utilitario en pleno verano. Pero, ¿por qué no hacer lo contrario? Subámonos al ferry con nuestro Toyota RAV4 hybrid y adentrémonos sin pensarlo en el interior de la isla. Mallorca ofrece en los meses fríos una imagen completamente distinta a la que estamos acostumbrados, pero igual de hermosa.
Una opción muy recomendable es recorrer la Sierra de la Tramontana, que surca el norte de la isla. Podemos empezar nuestro trayecto desde Palma, y de ahí en dirección este, por carreteras de curvas cerradas y fuertes desniveles que pondrán a prueba las prestaciones de nuestro RAV4 hybrid. Además de unas vistas vistas que quitan el hipo, podremos disfrutar de hermosos enclaves como Valldemossa, Sóller, el Santuario de Lluc o Pollença. También podemos, desde el puerto de ésta última, redescubrir el Cap de Formentor; las calas y perfiles rocosos de la carretera que nos lleva hasta el famoso faro, cobran una belleza amenazante con la lluvia, el viento y el mar embravecido de otoño.
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