El 2011 Ford Mustang ha desmostrado que está más que sobrado para vencer a sus rivales americanos. Los tiempos están ahí y para Dodge y sobre todo, para Chevrolet, aún falta algo de trabajo por hacer para equipararse al pony en prestaciones.
Visto que se ha quedado sin rivales a aquel lado del charco, la revista Motor Trend ha decidido subir unos cuantos escalones más para ponerlo a prueba. Aunque parezca una locura, el rival elegido ha sido el BMW M3, también en su modelo de 2011 (versión americana). Fuerza bruta americana contra la exquisitez alemana. Y por supuesto, en circuito.
Cuando se presentó el 2012 Ford Mustang Boss 302, Ford anunció en su comunicado que las mejoras hechas sobre el 2011 Ford Mustang GT para esta edición especial eran suficientes para vencer en el circuito de Laguna Seca al BMW M3. Muchas voces escépticas dudaban de esta afirmación. Es comprensible.
¿Se tiraron el farol? Después de leer la comparativa de Motor Trend, creo que en Ford no se han pasado ni un pelo en vista de los resultados arrojados por la propia revista. Pero vayamos al turrón, que es lo que nos importa.
Hace algunos años, esta comparativa hubiese estado totalmente descompensada. Las prestaciones del Ford Mustang GT no estaban a la altura de algo tan refinado como es un BMW M3. Es la cruda realidad, el hierro de Detroit no tenía nada que hacer frente a un deportivo europeo con tanta casta como lo es el de Munich.
Con la llegada del 2011 Ford Mustang GT y sobre todo, con la vuelta a los clásicos números 302 en su motor, la cosa ha cambiado. Todas las revistas americanas llegan a la misma conclusión, el actual Ford Mustang GT es el mejor y más compensado pony car que ha hecho Ford en toda su historia.
¿Son suficientes estas mejoras para plantarle cara a un señor BMW M3? Veamos los datos, que dejarán a más de uno con el culo torcido, como dirían los chicos de Muchachada Nui…
Sobre el papel, ambos modelos son más que equiparables. Ambos con motor V8 de 32 válvulas de apertura variable, potencias casi igualadas, caja de cambios manual de seis relaciones, tracción trasera, peso similar y misma configuración: coupés de cuatro plazas. Hasta aquí, todo casi igual, salvo el precio: desde 22.145 30.495 dólares para el americano y desde 55.800 dólares para el alemán.
Afinando más los números vemos que el motor V8 5.0 Ti-VCT del yankee entrega una potencia máxima de 412 CV y un par máximo de 529 Nm por los 414 CV (homologación de EEUU) y 400 Nm de par máximo del motor V8 4.0 del alemán. Como vemos, cifras más que ajustadas en ambos modelos.
Una vez en pista, los más de 100 Nm de par máximo del Ford Mustang GT se notan. El 0 a 60 mph (0 a 96,5 km/h) lo hacen ambos en 4,4 segundos, pero si nos vamos al ¼ de milla, el Mustang para el crono en 12,7 segundos a una velocidad de 180 km/h y el M3 lo hace con una diferencia de una décima, 12,8 segundos a una velocidad de 178 km/h.
Una de las pruebas más generalizadas en las revistas americanas es la figura en 8. El Ford Mustang lo hace en 24,9 segundos soportando una aceleración lateral de 0,76g por los 25,1 segundos con una aceleración lateral de 0,74g del alemán. Lo mismo sucede con la prueba de aceleración lateral. 0,96g por 0,95g, también para el americano.
Incluso en la prueba de frenada el Ford Mustang es mejor que el BMW M3. Mientras que el BMW necesita 33,53 metros para detenerse completamente a una velocidad de 96,5 km/h, el Ford consigue pararse completamente en 32,92 metros. Diferencias escasas pero que demuestran que el Ford Mustang frenar, lo que se dice frenar, frena como los mejores. Un mito desmontado.
Pero una vez metidos de verdad en faena, es decir, en un circuito con sus curvas, sus cambios de rasante y sus rectas la cosa debería cambiar si o si. Y efectivamente la cosa cambia, pero no de una forma tan acentuada como cabría esperar.
Para una comparativa justa las vueltas se han hecho con el mismo piloto en ambos coches, aunque el editor de la revista también pudo hacer su propio test. Aquí es donde está lo curioso, ya los resultados dependiendo del piloto varían bastante y se decantan hacía un lado o el otro indistintamente.
Por una lado, el editor de Motor Trend conducía con las ayudas activadas con la opción Sport, pero el piloto Randy Pobst iba directamente a pelo, con todas las ayudas desactivadas. Y esa es la gran diferencia entre ambos, aparte de las manos para conducir.
La comparativa a las manos del editor se decanta a favor del Ford Mustang por algo más de medio segundo en la vuelta. Según comentan en el artículo, esto es así porque la curva de par del ‘Stang está mejor conseguida que en el BMW M3 (ese litro de diferencia se nota) y las ayudas a la conducción hacen de ese coche un buen coche de circuito para alguien más inexperto. En el caso del BMW, hay que saber pilotarlo para sacarle todo el jugo.
Pero vayámonos a lo realmente interesante, estos dos coches en manos de un piloto profresional. El resultado es más que predecible, gana del BMW M3, pero no va tan sobrado como se imaginarán muchos. De hecho, las 0,09 décimas de diferencia en las mejores vueltas de ambos coches apenas son significativas en una vuelta de casi minuto y medio.
Por eso decía al principio que dudo que Ford se tirase a la piscina afirmando que habían conseguido batir al BMW M3 con su nueva creación. Al menos, tras la prueba de Motor Trend la cosa no pinta mal para el Ford Mustang Boss 302 si hay que meterlo en un circuito. Nada mal.
Por cierto, una aclaración. Esto no es para decir que el Ford Mustang es mejor que X coche. Es para que empecemos a darnos cuenta de que no es tan malo como muchos creen, que son dos términos totalmente diferentes. De hecho, un Ford Mustang nunca será comparable a un BMW M3. Juegan en ligas distintas.
Vía | Motor Trend
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