La casa de subastas Bonhams ha puesto a la venta un unicornio de Aston Martin que salió de fábrica en 1996: un Shooting Brake que pasó a llamarse V8 Sportsman Estate. Con transmisión automática, volante a la izquierda y 20.000 kilómetros en su odómetro, solo se fabricaron tres ejemplares de esta creación encargada por dos hermanos suizos.
Usa el V8 Coupé como base y toma prestados los mismos 334 CV que le permiten alcanzar los 257 km/h. Este peculiar modelo ha sido mantenido meticulosamente por Aston Martin desde que saliera de fábrica hace más de 20 años, y el mes que viene puede que alcance más de 400.000 euros en la subasta. ¿Quién quiere un SUV teniendo esto?
Personalidad contenida a lo largo de dos décadas
En una época en la que Aston Martin no pasa por su mejor momento financiero, los dirigentes pensaron en proponer toda clase de variantes sobre la base del Virage para así ganar unos pocos clientes. Al Coupé y al Volante (cabrio), se le unieron un break de 5 puertas, una berlina de 4 puertas y un Shooting Brake. De las tres carrocerías, la Shooting Brake es la que consiguió conquistar algún que otro cliente.
Éstos fueron fabricados por la marca, entre 1992 y 1999. Inicialmente fue presentado con los pilotos traseros del Renault 21 Nevada, pero tras el restying del Virage, que hizo que cambiara de nombre a V8 Coupé, los pilotos traseros pasaron a ser redondos y de Shooting Brake pasó a llamarse "Sportsman Estate".
Los modelos de Aston Martin que más se prestaron a una conversión en shooting brake fueron los DB5 y DB6. Pero en los años 70, este tipo de carrocerías ya no eran tan atractivas. Aún así, FLM Panelcraft realizó un shooting brake sobre la base del sucesor del DB6, el DBS, en 1971. Es el único DBS shooting brake de época. El DBS Estate fue realizado a petición de un cliente escocés aficionado a la pesca y tanto el coche como la conversión fueron comprados a través del famoso concesionario inglés H.R. Owen.
En 1999, el motor de este V8 Sportsman Estate fue reconstruido por completo por la fábrica, habiendo sido conducido a lo largo de 9.263 kilómetros. Después sería vendido a su segundo propietario, un coleccionista de arte francés llamado Fedoroff, que registró el coche en Mónaco. Tras la muerte del artista, el coche fue vendido de nuevo en una subasta en 2014, y ahora volverá a cambiar de dueño el próximo 13 de mayo.
El acabado interior de cuero verde encaja a la perfección con el Racing Green británico del cuerpo; parece que no han pasado los años por él. Con 21.000 kilómetros en su odómetro, ha formado Parte de la colección privada de Aston Martin durante dos décadas. Un shooting brake con muchísima personalidad que aún puede dar mucho juego.
Vía | Motor 1
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