En lugares donde no están acostumbrados a la nieve o el hielo parece hasta lógico que cuando llega el mal tiempo se genere algo de caos, sobre todo a nivel de circulación del tráfico. En Madrid, por ejemplo, cada vez que cae una nevada importante suele haber problemas puesto que los conductores no tienen hábito de circular en condiciones tan adversas. Y hay mucha chapa y pintura, claro.
Lo que nos pilla algo por sorpresa es lo que ocurrió ayer en Montreal, Canadá, donde un trabajador de nombre Willem Shepherd grabó estas imágenes sobre las 10 de la mañana frente a su oficina, tras una fuerte nevada. Según Shepherd no hubo heridos de gravedad, pero sí destrozos importantes a diferentes vehículos, incluídos autobuses de la ciudad, un coche de policía o el propio quitanieves.
Lo curioso es que en Montreal, precisamente, los conductores están acostumbrados a inviernos duros y condiciones complicadas (¡es Canadá!), pero... ¿qué pasó en esta ocasión? A pesar de la pericia de los conductores, se dice que no echaron sal sobre el asfalto y aquello era una auténtica pista de patinaje. Hasta el más experto habría acabado cuesta abajo, como el coche patrulla o el quitanieves. Afortunadamente todo quedó en daños materiales.
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