Es probable que si te encuentras un Volkswagen Golf de primera generación por la calle ni se te pase por la cabeza pensar que puede ser un auténtico misil balístico, porque la mayoría de ellos no lo son. Ahora bien, si te topas con éste en concreto, creado por BBM Motorsport y DMK Motoring, ya es otra historia. ¿Por qué? Porque el pequeño alemán tiene nada menos que 815 CV de potencia.
A pesar del distintivo GTD de la zaga, este Golf esconde un motor de gasolina. Concretamente un 2.0 litros de cuatro cilindros y 16 válvulas, que consigue semejante cifra de potencia gracias a un enorme turbocompresor Garrett GTX42. Eso sí, la tracción queda a cargo de un sistema de tracción total 4Motion, porque está claro que una preparación así es demasié para un tracción delantera al uso.
Estéticamente este lobo con piel de cordero luce pasos de rueda ensanchados, grandes llantas y un sistema de escape a medida, pero es por dentro donde la cosa se pone más seria: jaula antivuelco, ausencia de asientos traseros, aligeramiento de guarnecidos, volante deportivo, panel de instrumentos digital, etc... Ahora la pregunta es: ¿y cuánto cuesta semejante trabajo? Pues nada menos que entre 60.000 y 80.000 euros, según BBM Motorsport. ¡Qué locura!
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