No es la primera vez que los especialistas de la firma Singer Vehicle Design nos sorprenden con una espectacular reinterpretación de un 911 clásico, pero la obra de arte que ilustra estas líneas representa una vuelta más de tuerca de los preparadores californianos para lograr el summum de la dinámica y el placer absoluto de conducción.
Deleitó en Goodwood y acaba de pasar por las expertas manos de los probadores de Top Gear. Viendo cómo se mueve en circuito no nos sorprende que este objeto de deseo cueste más de 2,3 millones de euros (2 millones de libras), pues lo que aporta un coche así, no tiene precio.
Elegancia innata
Singer Vehicle Design, situada en los Ángeles (California, EEUU), rinde homenaje con su nombre a un célebre ingeniero de Stuttgart al mismo tiempo que hace un guiño al pasado como cantante del fundador de la empresa, el empresario americano Rob Dickinson.
Desde sus inicios y pese a los más puristas, su trabajo se centra en reinterpretar los Porsche 911 964 (los 911 que se fabricaron entre 1989 y 1993) de sus clientes, ya tengan carrocería targa o coupé. Actualmente, Singer está llevando estas recreaciones artesanales un paso más allá hacia la máxima ligereza y prestaciones a través de lo que la marca llama Singer DLS (Dynamics and Lightweighting Study). Cada una de estas piezas es única.
Lo más importante siempre está en el interior
Este 911 Singer DLS hecho a medida para un cliente y bautizado como “Oxford Commision”, lleva la carrocería en color verde roble metalizado con acentos en color champagne, a juego con los asientos en color beige combinado con el clásico tartán.
En el elegante habitáculo, además de la tapicería o el volante Momo de tres radios, llama poderosamente la atención la instrumentación con un toque deportivo y reminiscencias clásicas. La guinda del conjunto la ponen unas llantas monotuerca de magnesio envueltas por unos neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2.
Aunque como casi siempre, lo más bello e importante de este 911 modificado se encuentra en su interior: el corazón de esta joya imponente es su motor bóxer de 4 litros con seis cilindros y refrigerado por aire, que está desarrollado por Williams Advanced Engineering junto a Hans Mezger. Con especificaciones como válvulas de titanio, es capaz de generar 507 CV de potencia a 9.000 rpm.
Al plato principal se le añaden elementos como una suspensión delantera de doble triángulo, un chasis reforzado en fibra de carbono, controles de tracción y estabilidad, y tres modos de conducción especialmente pensados para exprimir las bondades del coche en cada situación: el normal, el sport y el track.
Este restomod que ha llevado cinco años de trabajo, es uno de los únicos 75 DLS que fabricará Singer y cuesta 2 millones de libras esterlinas (o lo que es lo mismo más de 2,3 millones de euros).
Sí, el precio está a nivel de algún supercar, pero esta no solo es una bestia muy diferente a un Singer estándar, sino que probablemente sea una muy buena inversión.
Imágenes: Singer/ TopGear BBC
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