A finales del pasado mes de mayo, la marca de escapes deportivos Akrapovic reunió a prensa llegada de toda Europa y clientes de la marca en un lugar único. Se trata de uno de los circuitos más completos y modernos del mundo, el Circuito do Algarve en Portugal. Un circuito de primera categoría, con un trazado que enamora con su infinidad de subidas, bajadas y curvas de todo tipo.
Durante dos días, gracias al acuerdo al que ha llegado Akrapovic con la escuela de conducción del Circuito do Algarve, tendríamos oportunidad de rodar con un elenco de coches realmente impresionante: BMW M3, BMW X6 M, Nissan GT-R, Porsche Carrera S y Porsche 911 GT3 con y sin escapes Akrapovic.
Todos estos coches forman parte de la escuela permanente del Circuito do Algarve, y se pueden elegir para rodar en pista con monitores de primer nivel que te ayudan a familiarizarte con esta pista nada sencilla, muy técnica y emocionante. Así que Javier Costas y yo no lo dudamos ni un momento y nos fuimos dos días al sur de Portugal a disfrutar de lo que más nos gusta, probar coches y escuchar sonidos celestiales saliendo de las colas Akrapovic.
Nada más llegar al circuito, lo primero que me llama la atención son las impresionantes instalaciones que posee. Por mi trabajo, he tenido que acudir a la mayoría de los circuitos de España, Portugal y parte del extranjero, y os aseguro que ningún otro circuito puede hacerle sombra en cuanto a instalaciones.
El edificio del paddock es impresionante, los boxes son más grandes que la casa de un español medio y el restaurante, los aparcamientos y en general todo lo que rodea el circuito, a lo grande. Y lo mismo ocurre con el trazado. Me habían adelantado que era muy técnico, muy exigente, y tenía dos días por delante para comprobarlo.
Después de un briefing muy completo en el que nos dijeron los coches que podríamos conducir y los monitores que nos acompañarían, llegaba el momento más esperado. Bajamos a los boxes y ante nosotros se encontraban aparcados en el pit lane el Nissan GT-R, el Porsche 911 Carrera S, el Porsche 911 GT3, BMW M3 y BMW X6 M. La cosa prometía.
Los pusieron en marcha y lo primero que me llamó la atención, fue que al ralentí los coches no sonaban mucho más que con los escapes de serie. No es malo, ya que debemos tener en cuenta que los coches con escapes Akrapovic también se utilizarán a diario, y no siempre es bueno ir montando un escándalo.
De repente, la estrella de la jornada hizo aparición. Un Ferrari 458 Italia de color gris oscuro y llantas negras apareció por uno de los boxes del fondo, y se puso al lado del resto de la flota de la escuela. Por desgracia, no íbamos a poder probarlo, sino que era de un cliente de la marca que estaba invitado a rodar con él.
Y es que Akrapovic dio la posibilidad a los clientes que llevaban sus escapes montados en sus coches, de rodar gratis durante los dos días en la pista, una iniciativa muy atractiva para los que no pueden acceder normalmente a un circuito de esta categoría. Por allí se acercaron clientes con Porsche 911 GT2, Chevrolet Corvette, Porsche Panamera, etc.
Empezamos por el BMW M3
Me moría de ganas por probar el Porsche 911 GT3, pero conseguí saciar mis ganas usando un poco la razón. Decidí comenzar con el BMW M3, un coche que había probado en varias ocasiones tanto en carretera como en circuito. Es un deportivo radical pero fácil de conducir al mismo tiempo. El coche perfecto para aprender las trazadas, tratar de coger referencias y poder exprimir así el resto de coches después.
Evidentemente hay que ir muy fino y ser muy preciso para poder apreciar las diferencias entre un escape de serie y un Akrapovic. Pero os aseguro que noté muchas diferencias, a favor siempre de los coches con escapes Akrapovic. Con el BMW M3, mientras me iba habituando a la pista, noté que el sonido del motor era mucho más metálico que con los escapes de serie.
Con los escapes Akrapovic, se consigue una mezcla entre la sinfonía del V8 y ese sonido metálico que se había perdido en cierta medida con el E90 y que es toda una maravilla. Pero no solo el sonido mejora con los escapes, porque ahora llega lo bueno. Hay dos tipos de productos Akrapovic para el BMW M3, por un lado los silenciosos Slip-On que son solo eso, los silenciosos y le hacen ganar 3 caballos a 7.610 RPM, 4 Nm de par y ahorrar 14 kilos de peso en una de las zonas más importantes del coche.
Pero hay más ya que el BMW M3 que estaba probando llevaba el escape Evolution completo fabricado en titanio, que permite desarrolar 22,2 caballos más, 34,7 Nm y ahorrar 23.97 Kg de peso. Era mi primera tanda, y evidentemente entre que me aprendía el circuito y demás no pude apreciar demasiadas diferencias respecto al BMW M3 de serie salvo el sonido. Pero la cosa cambiaría con el resto de coches una vez que ya sabía un poco mejor las trazadas y dónde estaba el límite del circuito.
El precio de los silenciosos Slip-On para el BMW M3 es de 2.697 euros, mientras que el sistema Evolution cuesta 4.478 euros. Lo primero que pensaréis es que son caros, pero no olvidemos ningún sistema nos permitirá mejorar de forma tan contundente las cifras de potencia y par, a la vez que se reduce el peso y se mejora el sonido del motor. ¿Ahora lo véis más claro? Pues también podéis escucharlo.
Sistema Akrapovic Evolution en el Nissan GT-R
Mi siguiente elegido para rodar en pista, era el Nissan GT-R. Recuerdo cuando lo probé por primera vez para Motorpasión, que me pareció el superdeportivo más fácil de conducir que había llevado en mi vida. Así que después de las vueltas en el BMW M3, tocaba enfrentarse a un motor turbo de 480 caballos de potencia, con tracción integral y unas colas de escape que son una auténtica escultura.
Las salidas de escape traseras del Nissan GT-R de serie, llaman poderosamente la atención por su diámetro. Son dos a cada lado del coche, realmente bonitas y llamativas. Pero con Akrapovic, hay disponibles unos Slip-On con colas de escape en carbono o titanio por 1.066 euros. Y para los que esto le parece poco, por 5.113 euros, está disponible el sistema Evolution.
El Nissan GT-R que iba a conducir llevaba este último, con las colas en fibra de carbono. Cuando estaba parado en el pit lane me quedé un buen rato admirando las colas, y me quedé impresionado del nivel de acabados que tienen las piezas de Akrapovic. El carbono está muy bien trabajado, y tienen detalles muy cuidados como la pegatina que los identifica, discreta pero que los denota para los que se fijan en ellos.
Con los Slip-On, el Nissan GT-R gana 8 caballos a 6.260 RPM, 12 Nm de par a 2.140 RPM y reduce el peso en ocho kilos respecto a los escapes de serie. Si te decantas por el sistema de escape Evolution, tu Nissan GT-R ganará ni más ni menos que 17 caballos a 6.260 RPM, 56 Nm a 2.600 RPM y el peso se reduce en 17 kilos.
Salí a pista con la bestia japonesa muy confiado, sabía que no era un coche especialmente exigente y además me acompañaba un piloto que me dejaba libertad para apretarle todo lo que quisiese. Nada más superar la línea que marca el final del pit lane, pisé a fondo el acelerador y comencé a engranar marchas con las levas situadas detrás del volante.
Tercera, cuarta y en nada estábamos ya a punto de acercarnos a la curva de derechas en bajada en la que acaba la recta del Circuito do Algarve. Al reducir marchas, el sonido de los escapes Akrapovic se mete en el interior recordándote que están allí para hacerte disfrutar más si cabe de la experiencia.
Y no me atrevo a decir si es por la reducción de peso de los escapes o por otra percepción personal, pero si que es cierto que en esta pista el Nissan GT-R no me pareció tan pesado como cuando probé el coche de serie en el Circuito del Jarama. Me gustó lo fácil que es detenerlo, meterlo en la curva y ver como por muy pronto que pises el acelerador, el coche no te pone en aprietos.
Sales lanzado hacia delante a medida que los escapes de enorme diámetro emiten un sonido único, un sonido que levanta pasiones. Me gusta lo que estoy sintiendo, pero toca volver a boxes y comenzar a preparar la tarda en el Porsche 911 GT3.
Porsche 911 GT3 con escapes Akrapovic Evolution Race, una experiencia inolvidable
Después del Nissan GT-R y el BMW M3, creo que ya estaba preparado para coger la máquina más esperada, el Porsche 911 GT3. La unidad de pruebas equipaba el sistema de escapes Evolution Race, completamente fabricado en titanio. Desde los colectores con catalizadores, las colas de escape, todo en ellos está perfectamente trabajado en titanio.
Viendo una unidad de escape Evolution para BMW M3 expuesta en el box, me quedé impresionado del nivel de acabados que tienen. Las soldaduras apenas se notan, y parece más una joya artesanal que una simple parte de un coche por dónde se expulsan los desperdicios del motor.
Los escapes Evolution Race del Porsche 911 GT3 son una evolución más del sistema Evolution “normal”. Con el Evolution Race se ganan 16,5 caballos a 4.490 RPM, 22,7 Nm de par a 4.128 RPM y lo más importante, se reduce el peso entre el motor y el eje trasero en 25,86 kilos.
Este último dato, nos indica que los productos de Akrapovic son las piezas que más pueden mejorar el rendimiento de un coche como este, sin tener que entrar en reformas de importancia. Eso si, el precio de estos escapes es de 7.963 euros. Si tenemos en cuenta que el precio del Porsche 911 GT3 es de más de 130.000 euros, no me parece caro una vez más.
Los escapes Evolution Race del Porsche 911 GT3 cumplen con las estrictas normas de homologación de la Porsche Cup, en la que se corre con ellos. Así que como si se tratase de una prueba de la Porsche Cup, me enfundé el casco y esperé que llegase mi turno.
Mientras esperaba en el pit lane, me acerqué al muro para ver pasar un par de veces al Porsche 911 GT3. Por la recta, el sonido del coche acercándose a la zona roja del cuentarevoluciones pone literalmente los pelos de punta, y nada tiene que envidiar al sonido de alguno de los Porsche que corren en los campeonatos de GT´s internacionales.
A los dos minutos, el Porsche 911 GT3 se detiene ante nosotros. Es mi momento, y le pido a Javier Costas que me haga una foto posando con el coche. Nunca había probado un GT3, y menos con unos escapes de carreras. Después de sentarme en los baquet y preferir utilizar el cinturón de seguridad normal en lugar del de cinco puntos, salgo a pista.
Pisar a fondo el acelerador, ver como la aguja se acerca de forma imparable a la zona roja, pisar el embrague duro como una piedra, pelearte con el pedal de freno para conseguir detener el coche antes de cada curva. Todo en el Porsche 911 GT3 recuerda a un coche de carreras.
En mi vida he conducido algunos, el más reciente un Ferrari F430 de la Challenge Ferrari, y el Porsche 911 GT3 me recordó por su tacto y dureza a él. Es un coche de carreras homologado para circular por la calle, y no al contrario. Me gusta todo en él, lo precisa que es la dirección, el tacto del cambio de marchas con la palanca corta.
Y me gusta mucho no, muchísimo el sonido que sale del escape cuando comienza a subir de vueltas. Si al verlo pasar por la recta se me habían puesto los pelos de punta con el sonido, no os quiero contar lo que me sucedió al estar al volante. Es impresionante como escuchas el rugir del motor 3.8 situado detrás de ti, como te incita a encarar lo antes posible la salida de la curva para poder volver a pisar a fondo el acelerador.
Creo que el sonido de un coche deportivo es uno de los factores en lo que más me fijaría a la hora de comprarlo, y siempre lo digo en las pruebas de coches que hago en Motorpasión. Pero os aseguro que el sonido del Porsche 911 GT3 con el sistema de escapes Akrapovic Evolution Race está en una dimensión que nunca había explorado hasta el momento.
Continuará...
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