Con el grafito -un mineral necesario para fabricar los ánodos de las baterías- en el punto de mira debido a los malos pronósticos que llegan desde China, Tesla se ha asegurado el suministro con una minera australiana.
Se trata de Syrah Resources Limited, una compañía que opera en Mozambique en una región con una grave crisis humanitaria, y en Louisiana, EEUU. De estas minas vendrá el grafito de las próximas baterías de los vehículos de Tesla.
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Según ha explicado la minera en un comunicado, Tesla adquirirá la mayor parte de la expansión inicial propuesta de la capacidad de producción de grafito en Vidalia a un precio fijo durante un período inicial de cuatro años.
El plan de la minera es integrar sus dos minas de forma que el concentrado de grafito natural se transporte desde la mina a cielo abierto de Balama, Mozambique -en una región inestable, asediada por el yihadismo y con cientos de miles de desplazados- y sea tratado en EEUU posteriormente.
Este último paso implica darle forma esférica y purificarlo para producir un material precursor del ánodo. Luego, el material precursor se recubre y se trata térmicamente para producir un mineral terminado y listo para el ánodo de la batería.
Lo cierto es que los pronósticos apuntan a una escasez de este mineral en 2022: en la actualidad, alrededor del 70% de todo el grafito a nivel mundial procede de China, y se teme que el gigante asiático no pueda hacer frente a la enorme demanda de este material.
En este sentido, Tesla ha pedido recientemente al gobierno de EEUU que elimine los aranceles sobre el grafito en China, alegando que no puede obtener el mineral de otros lugares.
Actualmente, la compañía está aumentando la producción en su planta piloto a gran escala (10 GWh) en Fremont y espera desplegar una capacidad de producción de celdas de batería de 4680 en volúmenes aún mayores (100 GWh) en Berlín (si consigue abrir) y Texas el próximo año.
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