Después de una larga espera, el fabricante británico McLaren acaba de hacer público todo lo relativo al sistema de propulsión que da vida al McLaren P1, el superdeportivo híbrido de Woking que se presentará de forma oficial en el próximo Salón del Automóvil de Ginebra. Es el coche híbrido más potente del mundo.
El sistema híbrido del P1 está formado por el conocido V8 biturbo de 3.8 litros que monta el MP4-12C, aunque convenientemente modificado para desarrollar 737 CV a 7.500 RPM, en combinación con un motor eléctrico. El conjunto desarrolla 916 CV y 900 Nm de par motor máximo, al mismo tiempo que consigue homologar sólo 200 gramos por kilómetro en lo que a emisiones de dióxido de carbono se refiere.
El pequeño y ligero motor eléctrico, desarrollado por el brazo de la compañía dedicado a la electrónica (McLaren Electronics), produce una potencia de 179 CV y un par máximo de 260 Nm desde parado. Esta potencia extra disponible de forma instantánea, hace que, en palabras de McLaren, la respuesta al acelerador parezca más de un motor atmosférico que de uno turboalimentado.
Ambos motores trabajan de forma conjunta, ya que el eléctrico se encuentra instalado encima del V8 y canaliza su fuerza a través de la transmisión de doble embrague y siete velocidades, hacia las ruedas traseras. El vehículo cuenta también con sistema de recuperación de energía en la frenada, recargando así la batería sobre la marcha.
Junto al modo en que ambos motores trabajan de forma conjunta, el McLaren P1 ofrece un modo exclusivamente eléctrico en el que las emisiones se reducen a cero (permitiendo su uso en zonas restringidas, por ejemplo) y la autonomía es de unos 10 kilómetros. Una vez se agote la batería, el motor de combustión entrará en funcionamiento para seguir con la marcha y recargarla.
McLaren asegura que el motor eléctrico ayuda a conseguir cambios de marcha más rápidos, ya que se aplica par negativo (negative torque, literalmente) en el momento del cambio para que las revoluciones bajen de la forma más rápida y eficiente posible al nivel de vueltas apropiado para el cambio.
La nueva bestia de McLaren toma prestadas de la Fórmula 1 algunas tecnologías como el denominado IPAS (Instant Power Assist System), que es básicamente esa potencia extra que aporta el motor eléctrico, al estilo del KERS, y el DRS (Drag Reduction System), basado en el alerón activo trasero. Ambos sistemas se activan mediante botones integrados en el volante.
Mientras el primero permite un empujón extra de potencia, aportado por el motor eléctrico, el segundo es un sistema que ajusta el ángulo del alerón trasero móvil para reducir el denominado drag en un 23% y aumentar así la velocidad máxima del vehículo cuando así lo queramos.
Por último, pero no menos importante, la batería pesa unos 96 kilogramos y va montada por debajo del monocasco de fibra de carbono. Está refrigerada por un complejo sistema que mantiene la temperatura ideal de cada una de las celdas de la batería. Además de la carga sobre la marcha, el P1 cuenta con un cargador de enchufe con el que podemos cargar la batería completamente en unas dos horas.
Esto es todo por el momento. El resto de información, en Ginebra.
Fuente: McLaren