Algunos motores de Subaru son modositos, es decir, pierden aceite. Es lo que han denunciado ante un tribunal de Nueva Jersey (EEUU) un grupo de propietarios cabreados con sus Subaru Forester, Impreza, Legacy y Outback. Están afectados motores bóxer 2.0 y 2.5 de la familia EJ, como los de la gama europea.
En la demanda colectiva (en inglés, class-action suit) se quejan del consumo excesivo de aceite, incluso en motores con pocos kilómetros. La causa parece estar en un desgaste excesivo de los segmentos de los pistones, haciendo que el aceite pase a cámara de combustión y por tanto el motor lo queme.
La consecuencia más amable de todo esto es que hay que echar más aceite (no es barato), y se pueden dañar las bujías, sondas lambda o catalizadores. Pero también puede gripar un cilindro y entonces la broma ya es de miles de dólares o de euros, porque hay que reemplazar el bloque completo.
Dicha avería me recuerda mucho al famoso Forester de ADYR, que gripó un cilindro presuntamente por utilizar GLP. La relación entre una cosa y la otra puede trascender de la simple coincidencia o la mala suerte. Algo huele mal con esos motores, seña de identidad de Subaru como fabricante.
Un portavoz de Subaru declaró que el consumo de aceite de sus coches está en niveles aceptables. La primera traducción de eso es que no se enteran de lo que pasa, o no se quieren enterar. La segunda traducción es que consideran normal que sus coches pierdan más aceite que Krispin Klander.
Como es normal, los dueños exigen que Subaru se haga cargo del coste de las reparaciones en concepto de garantía, al ser un defecto de fábrica y no algo relacionado con un uso negligente de sus coches. Queda batalla judicial para rato.
Fuente | USA Today
