Mientras la DGT estudia dónde poner los radares, un ciudadano de León acaba de dar a conocer el ADI, Avisador-Denunciador de Infracciones, un invento que revolucionará el mundo. Lo que propone Carlos Galán, que así se llama el inventor, es un sistema de aviso y denuncia para coches que llevaría el propio vehículo y que se encargaría de llegar más allá que los limitadores de velocidad al uso.
Como quien lleva a cabo un acto de penitencia, ahora que estamos en fechas sacras, el conductor infractor se sometería a la condena de enviar desde su coche la denuncia de sí mismo a Tráfico. Para conseguirlo, el ADI emplearía telefonía móvil, tecnología GPS, wifi y el DNI electrónico. El coste del aparato, una vez montado de serie en los vehículos, sería de unos 50 euros. Una ganga.
No es el primer intento de Galán por conseguir un coche que recrimine al conductor por sus infracciones debidas a la velocidad. Hace casi 40 años diseñó un dispositivo que preludiaba la tecnología car-to-X, pero con los medios de la época. En concreto, el inventor quiso incorporar en los coches cajas negras que recibieran las ondas radioeléctricas de unas balizas montadas en los márgenes de la carretera. El proyecto no cuajó entonces.
Por cierto, que me preguntan si atropellar repetidamente al inventor también lo registrará el coche como infracción. No, por nada. En serio, donde esté la educación vial, que se quiten los acusicas electrónicos.
Vía | Crónica de León
Un saludo para José Manuel, y gracias por la pista
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