¿Recuerdas aquel pequeño susto que dieron los SEAT Ateca 2.0 TDI 150 FWD en septiembre del año pasado? Fue aquella historia en la que el fabricante suspendió las entregas de esa versión del SEAT Ateca debido a un problema que en un primer momento se atribuyó a "problemas de producción" de forma indefinida mientras tenían lugar "los tests habituales que se hacen de forma rutinaria para completar el proceso de homologación".
Bien, pues el SEAT Ateca 2.0 TDI 150 FWD llegará en junio de 2018. La versión de tracción delantera con motor 2.0 que en su día vio alterados alrededor de 900 pedidos (dos tercios de los cuales con transmisión manual y el resto, con caja DSG7) llegará por fin al mercado, aunque aquellos compradores seguramente hace ya un año que tienen coche, porque SEAT les ofreció una "una alternativa de igual o mejores características".
Traducido al román paladín, la "alternativa" supuso vender unas 900 unidades de tracción total a precio de tracción delantera. Para las versiones manuales, la diferencia asumida por SEAT fue de hasta 2.760 euros por unidad.
Sin embargo, en el caso de las versiones dotadas de cambio de doble embrague DSG7 la cosa se complicó, porque la única motorización diésel con esa transmisión era la 2.0 TDI de 190 CV, lo que conllevó que SEAT asumiera un sobrecoste de 4.720 euros por unidad.
¿Qué problemas tuvo el SEAT Ateca 2.0 TDI 150 FWD?
Contrastando con aquel episodio, en el que SEAT apenas ofreció datos sobre lo que estaba sucediendo con aquella versión del Ateca, tenemos el desenlace ahora, cuando el fabricante ha explicado a Autopista.es cuáles fueron los problemas del SEAT Ateca 2.0 TDI 150 CV de tracción delantera.
Al parecer, los análisis que realizaron los ingenieros de SEAT antes de llevar el vehículo a la homologación final evidenciaron que esta versión del Ateca no cumplía los requisitos de emisiones, lo que obligaba a revisar los sistemas de reducción de NOx. Según las explicaciones ofrecidas por SEAT, inicialmente no se consideró imprescindible montar un catalizador selectivo de reducción con urea (SCR), y se diseñó la reducción de emisiones con una simple trampa de NOx.
En los llamados catalizadores con urea, el vehículo cuenta con un depósito de AdBlue, marca comercial del aditivo AUS32, que se inyecta en el escape para reducir los niveles de NOx presentes en los gases calientes que salen del motor. El AdBlue reacciona con el NOx y transforma los gases en vapor de agua y nitrógeno.
Lógicamente este sistema es más complejo que una trampa de NOx, un simple filtro pasivo que retiene las moléculas de NOx y evita que se liberen por el tubo de escape. La versión del SEAT Ateca que quedó afectada por la paralización de ventas montaba trampa de NOx.
Una vez que los ingenieros se dispusieron a analizar las emisiones del SEAT Ateca 2.0 TDI 150 CV FWD, determinaron que había existido un error de cálculo, por el cual los niveles de NOx que emitía esta motorización no se reducían de forma suficiente con la trampa de NOx, sino que era preciso rediseñar el conjunto para incorporar un SCR con AdBlue.
En aquel momento, la única salida posible era retirar temporalmente la comercialización de esta versión hasta que se diera con una solución eficaz. SEAT anunció entonces que "la complejidad que conlleva la incorporación de la tecnología SCR tiene como consecuencia el retraso de manera temporal" de la producción, y ese retraso ya tiene una fecha de finalización: junio de 2018.