Probamos el Nissan Ariya: un SUV eléctrico que quiere que te olvides de la ansiedad por la autonomía
El Nissan Ariya, un SUV 100 % eléctrico con un diseño muy llamativo, es el segundo cero emisiones de la marca japonesa en desembarcar en nuestro mercado. Llega más de una década después del ahora actualizado Nissan Leaf, pero “nunca es tarde si la dicha es buena”, dicen, y es que trae bajo el brazo un papel protagonista en la electrificación de Nissan.
Para desmarcarse de la competencia en un segmento cada vez más concurrido, este SUV de tamaño mediano tipo crossover apuesta por la tecnología y los materiales de alta calidad y presenta una gama muy completa.
Hemos tenido la oportunidad de tener una breve toma de contacto con la variante de acceso a gama en una primera cita por los alrededores de Estocolmo, y estas son nuestras primeras impresiones.
Las claves del Nissan Ariya
Un modelo muy esperado. El Nissan Ariya deriva del prototipo que la marca reveló en el Salón de Tokyo de 2019 (respecto al que curiosamente no ha cambiado mucho) y, aunque se presentó apenas un año después, no ha sido hasta el pasado mes de agosto cuando las primeras unidades han comenzado a llegar a nuestro mercado.
Tamaño medio. El Ariya tiene unas cotas de 4,60 m de largo, 1,85 m de ancho y 1,66 m de alto, presenta 2,78 m de batalla (lo que hace posible que tenga un habitáculo generoso) y una distancia al suelo propia de su clase, de 18,5 cm. Así, se sitúa en cuanto a tamaño entre el Nissan Qashqai (4,4 m de largo) y el Nissan X-Trail (4,70 m).
Desde cero. Este crossover parte de cero y está construido sobre la nueva plataforma modular para vehículos eléctricos CMF-EV desarrollada por la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Es decir, la misma base técnica sobre la que se erige el nuevo Renault Megane E-TECH eléctrico.
Una gama muy completa. El Nissan Ariya está disponible con distintas combinaciones de motores, tracción delantera o total, dos opciones en cuanto a capacidad de batería y dos niveles de equipamiento diferentes (Advance y Evolve).
En España, por el momento la gama arranca con la versión de un solo motor en el eje delantero de 160 kW (unos 218 CV con 300 Nm de par), tracción delantera y la batería más pequeña que, con una capacidad de 63 kWh netos, promete hasta 403 km de autonomía.
Le sigue la variante de 178 kW de potencia (242 CV y 300 Nm de par), que también lleva un solo motor en el eje delantero y es tracción delantera, pero está alimentado por una batería de 87 kWh netos que le otorga hasta 533 km de autonomía.
Por encima se sitúa la versión con el sistema de tracción total e-4orce, cuya pareja de motores, uno para cada eje, entrega 225 kW (306 CV de potencia combinada y nada menos que 600 Nm de par). Aunque en este caso, su autonomía se cifra en los 500 km.
Para más adelante se espera una alternativa más potente del Ariya con batería de 87 kWh y tracción total. Por ahora, la versión tope de gama es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos y es la única que alcanza los 200 km/h de velocidad máxima, ya que el resto están limitadas a 160 km/h.
Tiempos de carga. Con el cargador de 7,4 kW para uso doméstico que incluye, el Nissan Ariya con la batería de 63 kWh tarda unas 10 horas en cargar, mientras que las variantes con batería de 87 kWh harán lo propio en 13,5 horas. Con el cable trifásico de 22 kW los tiempos de recarga se reducen a 3,5 horas y 5 horas, respectivamente.
Además, según el fabricante, el Nissan Ariya también puede soportar la carga rápida de hasta 130 kW, lo que será de gran utilidad para minimizar los tiempos de espera en trayectos largos, ya que en este caso será suficiente con una media hora para ambas baterías.
Un segmento cada vez más concurrido. El Ariya se encuentra a su llegada con rivales potentes, entre ellos el Ford Mustang Mach-E, el Hyundai Ioniq 5, el Kia EV6, el Tesla Model Y, el Toyota bZ4X, el Volkswagen ID.4 y el Volkswagen ID.5 o los Skoda Enyaq IV y Skoda Enyaq Coupé, por citar algunos ejemplos.
Diseño exterior “muy a la japonesa”
Repasada su carta de presentación, toca conocer en persona al Nissan Ariya, y lo cierto es que la primera impresión es buena.
Aunque puede que reconozcamos en él algunos rasgos de los últimos diseños de los Nissan Micra y Nissan Juke nada más verlo, el Ariya tiene una personalidad propia marcada por líneas sencillas pero angulosas y, en general, tiene una apariencia muy moderna y rotunda, enfatizada en este caso por el color cobre de su carrocería.
Uno de los principales rasgos que revelan su naturaleza eléctrica es su frontal, con empaque y marcado por la ausencia de parrilla tradicional en favor de una enorme calandra carenada en forma de “V”, en la que predomina el color negro.
Sus finísimas ópticas de LED y el nuevo logo iluminado de la marca son los detalles que más destacan en esta vista, además de las entradas de aire funcionales situadas en los laterales.
De perfil destacan su marcada cintura, la línea de techo caída hacia la zaga, los marcados pasos de rueda y las llamativas llantas semicarenadas. Como curiosidad, los retrovisores se sitúan en las puertas (ligeramente más retrasados de lo habitual), y la toma de carga está en la parte delantera.
En la zaga no encontramos detalles a destacar, salvo por la reducida luneta oscurecida, el pequeño spoiler del techo o las ópticas unidas por una línea horizontal.
Diseño interior amplio y materiales de calidad superior
A juego con el exterior, el habitáculo del Ariya tiene un aspecto muy actual, casi futurista. Con un salpicadero muy limpio y de líneas horizontales, encontramos un salto importante respecto a otros modelos de la marca y materiales de alta calidad percibida como plásticos blandos agradables al tacto y grandes superficies acabadas en símil de madera.
Llaman la atención detalles muy sorprendentes como los botones hápticos grabados en el salpicadero que controlan aspectos como la climatización (y que solo se iluminan cuando el coche está encendido) y la ausencia de la típica consola, lo que se traduce automáticamente en una poderosa sensación de amplitud.
En su lugar tenemos una consola central que puede desplazarse de forma longitudinal eléctricamente y alberga el selector del cambio y otros controles, un reposabrazos con hueco para guardar objetos, una superficie de carga inalámbrica para el móvil con tapa ‘estilo cortinilla’ y posavasos.
El puesto de conducción es elevado y aunque destaca el volante multifunción (de nueva factura y ajustable en altura y profundidad), las principales protagonistas son la pantalla que hace las veces de cuadro de instrumentos y la del sistema multimedia.
Ambas tienen varias posibilidades de configuración, cuentan con muy buena resolución y con un buen tamaño (12,3 pulgadas), muy al estilo de las que ya montan otras marcas en sus modelos más actuales, como es el caso de Mercedes-Benz.
En el acabado de equipamiento más alto (Evolve) como el de nuestra unidad de pruebas, el Nissan Ariya también incorpora un práctico Head-Up Display.
Por la situación de las baterías, lógicamente el suelo en la parte trasera del habitáculo es algo elevado. Aunque eso condicione un poco la postura, los asientos son bastante cómodos para albergar a dos adultos de tamaño medio y razonables si viajan tres. El espacio para las piernas es aceptable y algo más justo para la cabeza (en este caso condicionado por la silueta del coche).
Los pasajeros tienen a su disposición comodidades como dos puertos de carga y climatización, y en las puertas traseras hallarán materiales de idéntica calidad a la que encontramos en la parte delantera del coche.
Un punto que no está a favor del Ariya frente a su competencia es quizá la capacidad del maletero algo justa, pues aunque este tiene dos alturas, una boca de carga alta y generosa (y cuenta con portón de accionamiento eléctrico) el crossover eléctrico ofrece 466 l en las versiones de motor delantero y 408 l en la superior e-4orce.
Primeras sensaciones al volante del Nissan Ariya
Llega el momento de tener una primera toma de contacto breve con el Nissan Ariya por los alrededores de Estocolmo (Suecia) y, tras ajustar nuestra posición a través de los mandos eléctricos de asiento y volante, nos adentramos en silencio en una ruta marcada por una orografía sin muchas complicaciones en un país donde la normativa en materia de tráfico es estricta, especialmente en lo tocante a la velocidad máxima de circulación.
En este tranquilo entorno lo primero que notamos en marcha es que el aislamiento del habitáculo es notablemente bueno. Además, la visibilidad es muy correcta incluso si miramos por el retrovisor central, pues pese al reducido tamaño de la luneta trasera, se puede activar la vista de la cámara de la zaga para tenerlo todo más controlado.
Muchos mandos son físicos, como el que regula el volumen del sistema multimedia o los situados en el volante para manejar algunos de los sistemas de asistencia a la conducción que incluye la tecnología ProPILOT (por ejemplo, el sistema de mantenimiento de carril en combinación con el de crucero adaptativo).
Por otra parte, pudimos comprobar la eficiencia de un sistema de infoentretenimiento sencillo e intuitivo aunque muy avanzado, que cuenta con un control por voz que responde al comando de “Hola, Nissan” y la marca engloba en su denominada “tecnología de asistencia personal”. En el apartado de conectividad disponemos de compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay.
Eso sí, respecto a los mandos hápticos para el clima situados debajo de la pantalla multimedia son muy agradables al tacto, aunque al no estar acostumbrados a ellos, hacen que para manipularlos tengamos que apartar la vista puntualmente de la carretera.
Punto positivo en practicidad para las dos guanteras, pues nos ha gustado la situada debajo de la pantalla central (más pequeña), que sirve para guardar un par de botellas de agua pequeñas e incluso un bolso tipo riñonera y que complementa la capacidad de la guantera en posición tradicional.
En el apartado dinámico no nos sorprende que en un coche de las características del Ariya los ajustes de dirección y suspensión estén especialmente enfocados a la comodidad y a una conducción agradable, aunque podemos jugar con los modos de conducción a nuestra disposición según las circunstancias.
De los tres niveles de frenada regenerativa, el intermedio es el más natural y permite que podamos conducir prácticamente sin tocar el pedal del freno. Pero ojo, porque con la función e-pedal activada (especialmente útil en ciudad), el Ariya no frenará por completo, ya que actúa hasta los 5 km/h “para mantener al conductor en alerta”, dice Nissan.
El coche se siente ligero y ágil (pesa 1,8 toneladas), y la sensación es que ya en su motorización de acceso a gama, con batería de 63 kWh, se mueve con soltura en todo tipo de escenarios. Aunque dadas las circunstancias, nos quedamos con ganas de poder poner a prueba sus prestaciones más dinámicas cuando el entorno lo permita.
De hecho, después de rodar los primeros kilómetros, incluso conseguimos rebajar la media de consumo que homologa el fabricante para esta versión: llegamos al destino con el ordenador de a bordo marcando apenas superando los 13 kW/h 100 km, cuando la referencia oficial es de 17,6 kWh.
Y pese a que este es un dato muy positivo, tendremos que esperar a una prueba en mayor profundidad para poder comparar de forma más objetiva.
Gama, precios y disponibilidad
Sin descuentos aplicados, el Nissan Ariya está a la venta en España desde 47.900 euros en su versión de acceso (única que puede acogerse al Plan MOVES por precio) con motor delantero de 160 kW, batería de 63 kWh, tracción delantera y el nivel de acabado Advance.
Este, además de llevar llantas de 19” incluye bondades como la tecnología Pro-PILOT con Navilink de serie, portón del maletero con función de manos libres y la posibilidad de actualizaciones remotas (FOTA).
La misma variante con nivel de acabado Evolve, como la versión con la que hemos tenido esta primera toma de contacto, añade a la anterior la curiosa consola deslizable eléctricamente, la tecnología Pro-PILOT con asistente de aparcamiento, llave inteligente y un sistema de audio BOSE con diez altavoces. El precio sube a los 52.400 euros.
Ya en el escalón superior encontramos al Nissan Ariya e-Force con batería de 87 kWh, 225 kW de potencia, tracción total y equipamiento Evolve, que tiene un precio de 60.900 euros.
Por la diferencia de precios entre versiones, y sin haber podido catar el resto, de momento la versión que hemos probado nos parece bastante atractiva, pese a que tiene un precio ligeramente superior al de algunos de sus rivales más directos como la familia ID de Volkswagen.
Para quien busque un eléctrico "con un toque diferente" y el presupuesto se lo permita el Ariya es una opción interesante, ya que es un SUV con una mecánica capaz y una dotación de serie muy completa. Además es muy cómodo, aunque el maletero no tenga la mejor capacidad de su segmento.
Nos hemos quedado cautivados por el diseño del Ariya (y muy sorprendidos por algunas de las soluciones de su habitáculo). También nos ha resultado muy positivo su consumo y que su autonomía real nos permita hacer los desplazamientos más habituales del día a día sin estar muy pendientes del indicador. Veremos qué sensaciones nos deja una prueba más en profundidad a futuro.