Seguro que más de uno estará pensando que, con mayor o menor dificultad, eso siempre es posible. Lo que pasa es que en esta ocasión debemos añadir una pequeña variable a la pregunta, y es el módulo del vector velocidad. La policía noruega sorprendió a 40 km de Oslo el otro día a un Mazda 323 yendo un poco rápido.
El vehículo circulaba a 133 km/h en una zona limitada a 100 km/h, y allí son muy estrictos con eso. Los agentes advirtieron una segunda infracción, no tipificada de forma específica, y es que estaban conduciendo dos personas y no se trataba de un modelo de doble mando. Una señorita iba sentada encima del conductor, y muy quieta no iba.
Los bandazos que dio el vehículo alertaron a los agentes e interceptaron el vehículo que conducían esos dos pecadores de la pradera. El conductor se enfrenta a una multa muy gorda y a una retirada del permiso de conducir que pinta muy larga. No le quitarán lo bailao, pero sí el volante. ¡¡Insensatos!!
¿Qué le puede pasar por la cabeza o por otra parte de su anatomía a alguien para conducir en ese estado? Puede que alguien se haya flipado demasiado con el rollo zoom-zoom, o que ha llevado eso de la pasión por el motor demasiado lejos. Es posible que a alguien se le haya dibujado una sonrisita leyendo esto, pero en el fondo, no debería hacernos ninguna gracia.
¿Quíen iba conduciendo realmente? ¿Él o ella? Según el criterio de los agentes, el hombre, pero eso es cuanto menos un poco discutible.
NOTA: La última imagen corresponde a un Mazda 323F, no es el mismo modelo, espero que no os importe.
Fotografía | Mazda, Todoautos Perú, Designer Cars
Fuente | Yahoo! News, Jalopnik, La sexta
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