A lo largo de hoy, diversas ciudades europeas han padecido un cierre patronal de la mayoría de los taxistas, que protestan contra Uber. Madrid, París, Hamburgo, Londres, Milán, Lisboa, Berlín... han sufrido problemas de tráfico y de transporte de diversa índole. ¿Ha sido la protesta un éxito?
Sí, pero cualquier europeo que se haya arrimado hoy a un televisor, periódico o emisor de radio ya sabe qué es Uber. Ha sido una publicidad impagable, cortesía de las asociaciones de taxistas, que a buen seguro están agradeciendo en la central de California y en sus sucursales alrededor del mundo.
Uber pone en contacto a pasajeros y conductores con una aplicación móvil, eliminando la necesidad del dinero en efectivo o las tarjetas. Uber trabaja con chóferes profesionales, también con taxistas (desde hoy), pero existe una modalidad de conductores particulares (UberX o UberPOP) que es la que ha puesto a los taxistas en pie de guerra.
En nuestro país, solo Barcelona está cubierta, de momento. La respuesta de Uber al cierre patronal de los taxistas es un contraataque a escala total, o maximum trolling, que queda más fino. Las carreras de Uber hoy se han rebajado notablemente, el mismo día que la Generalitat de Catalunya ha pedido su cierre.
Con un par.
Uber no opera todavía en Madrid. La empresa, aunque no está cumpliendo la legislación española en materia de transporte, se ofrece para que la actividad sea regulada, pero no se les ve con ganas de recular a pesar del anuncio del Ministerio de Fomento de aplicar la legislación que ya existe (LOTT).
¿Pero acaso es tan barato? El mínimo a cobrar son 3 euros. La "bajada de bandera" es 1 euro, al que se suman 30 céntimos por minuto y 75 céntimos por kilómetro. El conductor se embolsa el 80% de esa cantidad, y el resto se lo queda Uber en concepto de gestión y uso de plataforma.
Veamos un ejemplo. Si queremos ir desde la Plaza de Cataluña hasta la UPC, que distan 5,45 kilómetros, con un taxi serán 11,55 euros según las tarifas vigentes del Àrea Metropolitana de Barcelona. Para el mismo recorrido con UberPOP, hablamos de 8-10 euros en función del tiempo. No parece gran cosa.
Pero si queremos ir desde esa plaza hasta la T1 de el aeropuerto de El Prat, un taxi nos costaría 28,15 euros, frente a los 18-24 euros que costaría con Uber. Dado que el taxista tiene unos costes muy superiores, seguramente el conductor de UberPOP se lleva más dinero por el mismo recorrido.
Tras los acontecimientos de hoy, Uber no necesita hacer publicidad, se la están haciendo gratuitamente los taxistas, Bruselas, las redes sociales, el boca a boca y los afectados por su no actividad en la jornada de hoy. Me viene a la cabeza un bumerán.
Hoy, gracias a los taxistas, millones de españoles han escuchado por primera vez nombres como "blablacar" y "uber". Efecto Streisand? XD
— David Contreras (@davidcontrerasm) junio 11, 2014
Sin ir muy lejos, en Gurusblog nos cuentan que las descargas de la aplicación Uber se han disparado precisamente hoy, ¿adivináis por qué? Incluso se ha convertiro en trending topic en Twitter, aunque también lo ha logrado el programa Zapeando de La Sexta para mandar a Miki Nadal al Rocío... y se ha impuesto.
Además, hoy se ha lanzado la modalidad UberTaxi, que inicialmente estará disponible en Londres, con mismas tarifas ya reguladas. Si los taxistas no pueden con su enemigo, tal vez se alíen con él. Personalmente no creo que Uber se la tenga jurada al taxi en las grandes ciudades, pero puede parecerlo.
Uber se está ganando a la gente poco a poco, aunque los taxistas tengan mucha razón, también es cierto que acumulan una fama y reputación muy negativas. Y en el mundo de Uber esos conductores no duran mucho, porque hay un sistema de valoraciones. Vamos, dudo que un violador pueda reincidir, por poner un extremo.
Vídeo | Youtube
Fotografía | Jason Paris (I)
En Genbeta | Así están siendo las primeras horas de huelga: el taxi en contra de Uber
En El Blog Salmón | El mundo del taxi se para en contra de Uber: ¿miedo a la competencia?