Un concesionario de coches usados en Houston (Texas, EEUU), G Motors, ha vivido durante meses una pesadilla surrealista por culpa de dos perros callejeros que se dedicaban a arañar y a morder los parachoques de los vehículos para arrancarlos, causando serios daños. Tanto es así, que su trastada ha costado ya 350.000 dólares (unos 320.000 euros).
Captados varias veces por las cámaras del recinto, estos dos alborotadores de cuatro patas por fin están bajo custodia. Mientras que uno de ellos aún está siendo evaluado, otro ya está en adopción, esperando conseguir pronto un hogar donde olvidar su pasado “delictivo”.
“Uno nunca piensa que un perro tenga el poder de destrozar un coche así”
Cuando la noche del pasado 6 de noviembre las cámaras del recinto de G Motors registraron cómo dos perros callejeros “atacaban” algunos de sus coches, destrozando varios de ellos, el personal del concesionario no daba crédito. Entonces pensaron que sería un hecho aislado, pero nada más lejos: volvió a suceder tres veces en apenas diez días.
En uno de los vídeos se ve cómo los dos perros, de envergadura considerable, se ensañan especialmente con un pobre Toyota Corrolla al que intentaron arrancar el paragolpes delantero. Pero también dañaron otros coches tirando de los paneles de la carrocería y dejándoles arañazos y grandes marcas de mordiscos.
“Uno nunca piensa que un perro tenga el poder de destrozar un coche así”, dijo el director de ventas, Gaby Fakhoury. Además, en una entrevista con ABC News, el responsable del concesionario, Imran Haq, reveló que los traviesos perros “habían dejado un rastro de destrucción por valor de unos 350.000 dólares”, que al cambio rondan los 320.000 euros.
Respecto al motivo del ensañamiento de los perros con sus coches, Haq declaró que sospechaba que estaban impulsados por su instinto, “persiguiendo a los gatos callejeros que se refugiaban bajo los capós de los vehículos”.
Uno de los perros, mix de bull terrier al que se ha bautizado como “Dasher”, fue capturado a principios de diciembre por la unidad de control de animales de la ciudad, encargada de evaluar este tipo de casos.
Se consideró que Dasher estaba sano y no mostraba signos de agresividad, por lo que al ser candidato idóneo para su adopción, ya está a la espera de encontrar familia en el refugio BARC.
En cuanto al segundo perro, fue capturado el 31 de diciembre, por lo que de momento sigue en evaluación. “Nunca habíamos visto algo así: perros atacando coches y causando daños”, dijo Fakhoury.
“Sólo quiero que mis clientes sepan que ya nos hemos ocupado de todo y, para ser sinceros, lo sentimos por estos perros. Pero están en buenas manos, así que no tenemos que preocuparnos por ellos”. Como él, esperamos que ambos tengan una segunda oportunidad.