En los 70 nadie se preocupaba de las emisiones, pero esto es pasarse: esta camper podía lanzar aguas residuales por el tubo de escape

En los 70 nadie se preocupaba de las emisiones, pero esto es pasarse: esta camper podía lanzar aguas residuales por el tubo de escape
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Las aguas negras en una camper, caravana o autocaravana vienen a ser las aguas fecales. Esas resultantes del WC en estos vehículos recreativos. Se almacenan en un tanque plagado de químicos que hay que vaciar. Una tarea muy poco agradable, de las de echar a suertes.

Pero un especialista en accesorios camper dio con la fórmula para desecharlas mientras se circulaba: tan cómodo como dar a un botón junto al volante para soltarlas por el tubo de escape a la carretera. Has leído bien.

"Ahora puedes evacuar tu tanque cómodamente desde el asiento del conductor"

El sistema en cuestión se llamaba Thermasan, desarrollado por Thetford. Esta firma sigue ofreciendo soluciones para este tipo de vehículos, desde la cocina al baño. Pero si vas a su sección de sanitarios no encontrarás por ningún lado este Thermasan.

Se lanzó en la década de los 60 y a mediados de los 70 ya iba por su tercera generación. Lo podían equipar varios vehículos recreativos: por ejemplo la setentera GMC Motorhome, pero antes lo hizo la  Ford Condor Motorhome o caravanas Airstream. A finales de la década de los 70 dejó de comercializarse. Las posibles razones fueron varias, pero antes vamos con el sistema en sí.

Folleto publicitario del sistema Thermasan

Del inodoro a la carretera. El funcionamiento del Thermasan era sencillo: vaciar el depósito de las aguas negras a través del escape, quemándolas. Aunque también se derramaba parte de ese estupendo desecho sobre el asfalto: unos 20 litros por hora aproximadamente según el manual de GMC.

Para ello, el tanque de aguas fecales estaba conectado al colector de escape: estos residuos se insuflaban con una bomba accionada por un motor de limpiaparabrisas. Una rejilla impedía que los residuos sólidos entraran en el escape, evitando obstruirlo. Para más detalles, aquí el manual de instalación.

El sistema se manejaba desde un panel de control en el volante: cuando el motor alcanzaba la suficiente temperatura, y se circulaba a más de 50 km/h se encendía un testigo y se podía proceder a la evacuación. O más en concreto, cuando los gases de escape superaban cerca de 480ºC. Es lo que permitía desinfectar estos residuos, según sus creadores.

Aunque en realidad había que seguir vaciando el depósito, ya que no se liberaba todo el contenido para evitar que se quedara reseco en su interior. Pero en vez de vaciarlo cada poco, Thetford indicaba que con hacerlo una o dos veces al año ya era suficiente.

Folleto publicitario del sistema Thermasan

¿Por qué sólo duró una década en mercado? Se nos ocurren muchas razones por las que esta tecnología no esté presente hoy en furgonetas camper y autocaravanas. La evidente, que no es menester ir soltando tan poco higiénico lastre por la carretera. Pero en realidad hubo otros motivos.

En un foro de GMC un usuario preguntó porque el Thermasan dejó de equiparse en vehículos recreativos. Y la respuesta con los motivos la dio un ex empleado de Thetford.

Lo primero que las ventas de autocaravanas bajaron notablemente a mediados de los 70 debido a la crisis del petróleo. Esto llevó a quebrar a muchas empresas de preparaciones camper: no fue el caso de Thetford, pero al ser el Thermasan un extra tenía amplias papeletas para dejar comercializarse.

Por otro lado, las regulaciones de emisiones comenzaron a adoptarse en aquel momento. Y Thetford comenzó a encontrar impedimentos para venderlo en algunos estados de EE.UU porque suponía modificar y perforar el sistema de escape. También tuvieron problemas con la manguera que conectaba el tanque con el escape, que se degradaba rápidamente por las altas temperaturas.

GMC Motorhome clásica (1973)

Pero otro de los motivos tenía que ver con usar el sistema en sí. Con el calor de los gases de escape el agua se evaporaba, y también se quemaba la celulosa o los sólidos biológicos. Las heces, vamos. Pero no la urea o el amoniaco presente en la orina. "Eso significa que te queda un olor a pañal caliente", señala este ex trabajador de la compañía.

Si bien no se demostró en su momento que esto molestaba a los usuarios, es evidente que a nadie le gusta que semejante hedor esté presente en el vehículo mientras se hace vida a bordo o meramente se conduce.

Lo cierto es que tecnologías similares se han intentando volver a lanzar, pero igualmente sin éxito. En 2011, se hizo una nueva interpretación del Thermasan que no consiguió la inversión necesaria. Además, existe un inodoro portátil denominado Incinolet que quema los desechos en vez de acumularlos en un depósito. Se puede equipar en barcos, trenes o instalaciones sin acceso a alcantarillado. Pero claro, no va tirando heces y orín en el proceso.

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