Los aerodeslizadores, también conocidos como ‘hovercraft’, han pasado de ser un prometedor sistema de transporte anfibio del siglo XX a convertirse en los virales protagonistas de uno de los deportes de motor más extremos que existen en la actualidad, con carreras trepidantes por tierra y agua. Incluso existe un Campeonato Mundial con distintas categorías.
Lo que hace que este deporte sea aún más loco es el hecho de que los aerodeslizadores especialmente diseñados para las carreras, de tamaño reducido y súper rápidos (algunos pueden pasar de 0 a 100 km/h en sólo cuatro segundos) no tienen frenos, por lo que los pilotos tienen que demostrar su valía el 100 % del tiempo.
Todo un espectáculo en EEUU y Europa
Los pequeños aerodeslizadores desarrollados especialmente para las carreras empiezan a surgir entre finales de la década de 1950 y principios de 1960 y han evolucionado mucho desde entonces. Oficialmente, la primera carrera de estos veloces hovercrafts a nivel mundial tuvo lugar en 1964 en Cranberra (Australia), donde siguen teniendo mucho éxito.
Estos curiosos vehículos anfibios también generan gran expectación en EEUU, en Europa (la sede del Campeonato Mundial de 2024 será Alemania) y especialmente en Reino Unido, donde en los últimos tiempos, en parte gracias a las redes sociales, se han convertido en un auténtico fenómeno viral que cada vez atrae más espectadores.
No es de extrañar, pues las carreras de estas máquinas que parecen híbridos entre lanchas y mini aviones son realmente emocionantes. En esencia, los hovercraft funcionan con dos motores, aunque pueden llevar más: uno mueve la hélice que levanta el vehículo al impeler aire por debajo y el otro (u otros) impulsa al vehículo en sí, en la dirección deseada.
Pero lo que hace este deporte aún más loco y complicado es que los hovercrafts no tienen frenos, por lo que además de usar el volante y el acelerador, los pilotos han de controlarlos jugando con las inercias y el peso de su cuerpo.
Más de 200 CV y de 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos
Como sucede con otros deportes de motor, las carreras de hovercrafts se dividen en distintas categorías, como la Formula J (para los pilotos más jóvenes, de hasta 18 años), la Formula 25 (con la potencia de los aerodeslizadores limitada a 25 CV), y la Formula 1, en la que encontramos los anfibios más potentes.
Los hovercrafts de carreras más salvajes pueden sumar más de 200 CV de potencia para “casi volar” sobre cualquier superficie, alcanzar velocidades de entre 130 y 150 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en menos de cuatro segundos, todo un hito incluso para algunos coches deportivos. En cuanto a los circuitos, son muy diversos, pero siempre incluyen tanto tramos de tierra como acuáticos y curvas muy cerradas para un extra de picante.
Más allá de estos espectaculares hovercrafts para las carreras que se han convertido en nuestro nuevo deporte de motor favorito, actualmente existen diferentes tipos de aerodeslizadores tanto para uso civil como militar. Entre otras cosas, son especialmente útiles como vehículos de trabajo y transporte de personas en ríos, lagos, pantanos y mares.
Los usan organismos oficiales y fuerzas militares de todo el mundo como guardias costeras, forestales o de incendios, institutos de geología y ciencias del mar, escuadrones de salvamento y un largo etcétera. Su altísima velocidad, maniobrabilidad, gran capacidad de carga y versatilidad convierten a los aerodeslizadores en un medio de transporte anfibio único.