Renault Scenic Adventure, prueba (parte 1)

Renault Scenic Adventure, prueba (parte 1)
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HOY SE HABLA DE

Hoy toca una prueba más breve que en otras ocasiones, sólo dos partes. El Renault Scenic Adventure es un coche muy interesante por su elevada polivalencia, ya que es un utilitario, un follacar familiar, un monovolumen e incluso tiene unas discretas capacidades off-road, y lo más cachondo: sólo con tracción delantera.

Puede considerársele como un quiero y no puedo o como un coche muy racional desde diversos puntos de vista. Antes de que penséis en qué me he fumado, veamos…

Esta versión especial del Scenic tiene una apariencia más de todocamino, suspensión 20 mm más alta y reforzada, bajos protegidos, detalles de interior y protecciones de plástico negro que soporta más perrerías y roces.

Renault Scenic Adventure

Por sus medidas, es grandecito pero pequeño, entra en plazas de parking estrechas sin ningún problema y cabe perfectamente en las delimitadas en los centros comerciales, con asistencia de aparcamiento trasero de serie. No es deportivo, no es el más tecnológico o con los mejores motores, pero tiene otras ventajas muy a valorar por los padres de familia.

Para empezar, la tranquilidad que da un modelo con 5 estrellas EuroNCAP, que le hace preferible a diversos todocaminos que no tienen dicho nivel de protección. Un todocamino con el mismo o mejor nivel de protección es más caro, y no necesariamente más seguro para aquellos contra los que impactemos por mayor masa. El ESP, así como todo lo demás, va de serie.

Renault Scenic Adventure

La habitabilidad también es importante, y el Scenic tiene un habitáculo especialmente cómodo para todos sus ocupantes. La plaza central trasera, en vez de ser la típica incómoda, es casi igual que las laterales, y los asientos pueden ajustarse de forma independiente y abatirse cada uno por su lado. Hasta las personas de mayor talla encajan muy bien en su habitáculo.

Bajo los pies de los ocupantes laterales delanteros y traseros hay trampillas ocultas por las alfombrillas donde se pueden colocar diversos objetos pequeños, los chiquillos gozan de una visibilidad considerable y con las bandejas extensibles tipo aeronático pueden hasta llevar cosas que pesen poco como una PSP, algún libro…

El espacio está aprovechado de forma muy inteligente al tener el túnel central oculto y el freno de mano no roba espacio, es eléctrico y automático. Bajo los asientos laterales, delante y detrás, hay cajones extensibles para colocar más cosas, y en el centro el cofre almacena perfectamente un bolso grande, con/sin yunque.

Renault Scenic Adventure

Los detalles prácticos no se acaban aquí, ya que con la llave manos libres (164 euros) es posible abrir y cerrar el coche sin preocuparse de dónde está la tarjeta. Es especialmente útil, por ejemplo para descargar un maletero lleno de compra.

Se puede cerrar rozando con los dedos cualquier tirador que esté cerca del portador del anillo de la tarjeta. Y el arranque, por botón. Ahora bien, pasemos a dinámica. Algunas personas justifican la adquisición de un 4x4 para aparcar en bordillos o para recorrer la pista de tierra del pueblo.

Pues para esos menesteres va de sobra. Me he subido a varios bordillos con éxito incluso de frente, sin rascar bajos. Y si lo hubiese hecho, hay protección adicional a la de un Scenic normal para zonas sensibles. Además, por su altura libre, el paso por los puñeteros resaltos urbanos es mucho más llevadero.

Renault Scenic Adventure

También me he movido en alguna pista forestal con sus pedruscos y canalillos con la menor complicación. Basta con moverse en primera y con cuidado. Además, de nada sirve tener un 4x4 si luego no sabemos salir de un barrizal con él. Incluso sobre nieve virgen se mueve decentemente con las ruedas de serie, aunque con neumáticos de invierno mucho mejor.

No es un todocamino ni lo pretende ser, pero para utilizaciones light fuera de carretera no hace falta ni un 4x4, ni diferenciales autoblocantes, ni reductoras, ni gaitas. Y quien sólo busque la estética SUV o un puesto de conducción un poco alto, con este coche va que se mata (en el buen sentido). Eso sí, no hay que pedirle milagritos que para eso está la Virgen, o no.

No tiene el tacto dinámico de un SEAT Altea o Ford Focus C-MAX, pero es claramente más versátil para una familia que estos dos. Detalles como la gran cantidad de portaobjetos, el retrovisor especial para vigilancia de niños, su tremenda simplicidad de manejo de mandos, el equipamiento 100% útil… le hacen muy jugoso, aunque no sea el más veloz en carreteras de montaña ni esas cosas que a quien quiere llevar a sus hijos de forma segura se la traen al pairo.

Continuará...

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