Las preparaciones de Kicherer nunca han sido santo de mi devoción, pero habrá que hacer una excepción con el trabajo realizado sobre el, nada más y nada menos, Mercedes-Benz CLK 63 AMG Black Series. Porque lo toques son sutiles y sin demasiada estridencia.
Pero lo más importante de esta preparación no está en la estética o en la mecánica, sino que está en su interior. El CLK 63 AMG Black Series carece de plazas traseras y en Kicherer han pensado que la diversión que proporciona este coche no debería ser exclusiva de dos personas por vuelta y le han añadido un par de plazas, fabricadas en fibra de carbono.
Pero el motor también se ha tocado. Ahora, su potencia máxima se situa en 540 CV (33 CV más), consiguiendo rebajar en dos décimas su registro en el 0 a 100 km/h. Ahora lo hace en 4,1 segundos y gracias a la eliminación del limitador de velocidad, su máxima supera los 300 km/h.
Vía | Serious Wheels
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