El precio del petróleo sigue bailando el son de un escenario incierto y haciendo gala de su volatilidad. Las secuelas de la pandemia siguen debilitando el crudo Brent -el de referencia en Europa- en el mercado bursátil mientras se acelera la transición a una economía y un sistema energético con menos carbono y se cierran pozos.
En este escenario, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Rusia y sus aliados han extendido los recortes de producción hasta finales de julio. La semana que viene se reunirán para ver qué países están cumpliendo con el acuerdo, cuyo objetivo es apuntalar los precios.
Malas perspectivas hasta 2022
Un panel de monitoreo de la OPEP+, una red de 23 naciones, se reunirá el 18 de junio para discutir los recortes de producción de 9,7 millones de barriles diarios pactados al inicio de la pandemia.
Esto supone el 10 % de la demanda mundial previa al coronavirus.
Una reunión que, según los expertos, se producirá en un entorno más pesimista que el de hace unas semanas. La amenaza de varios rebrotes del virus, principalmente en China y EEUU, está provocando el retroceso del crudo durante los últimos días.
El segundo mayor productor de la OPEP, Iraq -que también es el miembro que menos cumple con la OPEP +-, reiteró que se está comprometido con los recortes voluntarios
A día de hoy los futuros del crudo Brent cotizan a 41 dólares; una subida del doble desde abril que responde en parte a la mejora en las previsiones de la demanda y la inminente reapertura de fronteras.
Por su parte los futuros del petróleo West Texas Intermediate se mantienen a la baja en 38 dólares, después de que en abril cotizara en negativo por primera vez en la historia, perdiendo todo su valor.
En este escenario, la petrolera BP ha sacado su 'bola de cristal' y ha reducido sus expectativas de precios hasta 2050, situando los futuros del crudo Brent a 55 dólares por barril desde 2021 hasta 2050.
Los pronósticos de la Agencia Internacional de Energía no son mucho mejores, ya que no espera que el mercado del crudo se recupere hasta al menos 2022.
Mientras tanto, los precios del combustible siguen aumentando en las gasolineras, donde ya es difícil encontrar el litro de diésel por debajo de la barrera del euro.
Recordemos que, a la hora de llenar el depósito, ni la demanda ni el precio de la materia prima son los únicos jugadores. Los márgenes de comercialización y distribución que cada empresa establece conforman el precio final junto con los impuestos.
En El Blog Salmón | La Guerra del petróleo ya está aquí