Donald Trump será el 45º presidente de los Estados Unidos... el próximo 20 de enero. Conscientes del poco margen de acción que dejaba a la EPA, la agencia de protección medioambiental norteamericana decidió no esperar hasta el próximo año para fijar los niveles de consumos y emisiones que podrán tener los nuevos vehículos en su territorio, y el pasado viernes bloqueó hasta 2025 las normas de eficiencia energética aprobadas por Barack Obama.
Esta normativa, de obligado cumplimiento para los vehículos que deban homologarse en los próximos ocho años en Estados Unidos, había sido criticada por los fabricantes de automóviles, por cuanto les forzaba a duplicar la eficiencia de los motores, asumiendo unos costes que, según decían, no se corresponden con las demandas de los clientes.
La EPA tenía de plazo hasta abril de 2018 para decidir si quería modificar las normas de emisión de vehículos para el escenario 2022-2025. Según la normativa actual, esas normas requieren una eficiencia media superior a 50 mpg (4,7 l/100 km). En noviembre, la agencia avanzó el calendario para proponer que los fabricantes de automóviles pudieran cumplir con los estándares de 2025.
Según explica la directora de la EPA, Gina McCarthy, los niveles de consumos y emisiones propuestos para 2015 son "factibles, prácticos y apropiados" y además pueden constituir un revulsivo para el sector, por lo que entiende que van en "el interés de la industria automovilística", proporcionándoles "incentivos adicionales" para la investigación de nuevas tecnologías que podrían ayudar a los fabricantes que mejor planifiquen en el largo plazo.
La medida adoptada por la EPA no es una nueva ley, por lo que su decisión podría ser revocada al llegar Trump a la Casa Blanca. De todas formas, para conseguir eso antes se produciría un largo y costoso proceso que lleva a los analistas políticos de Estados Unidos a pensar que antes caerán otras medidas sobre protección medioambiental impulsadas durante el mandato de Obama.
CAFE, una política medioambiental que promete ahorros sustanciales a los ciudadanos
Promulgada por el Congreso de los Estados Unidos en 1975, el propósito de la Corporate Average Fuel Economy (CAFE) es reducir el consumo de energía mediante el aumento de la economía de combustible de turismos y camiones ligeros. Periódicamente se establecen en Estados Unidos normas que tienen por objeto aumentar las cifras de rendimiento energético de los automóviles.
Entre las ventajas que destacan los valedores de CAFE en cuanto a la mejora de las cifras de consumo están la seguridad energética de Estados Unidos y el ahorro en el bolsillo de los consumidores.
Según cálculos de la Administración Pública de Estados Unidos, las cifras aprobadas en 2011 y blindadas hasta el año 2025 supondrán para las automovilísticas unos costes de 200 mil millones de dólares durante los próximos 13 años, pero darán a los consumidores un ahorro de 1,7 billones de dólares en consumo de combustible a lo largo de la vida útil de los vehículos.
Por su parte, el presidente electo de los Estados Unidos asegura que los fabricantes tienen "tecnologías para continuar su progreso de manera rentable", lo que permitirá al país americano "reducir el uso de petróleo en 2,4 millones de barriles diarios, reducir las emisiones de calentamiento global y mantener los vehículos fabricados en Estados Unidos de forma competitiva en un mundo que cambia rápido".
Via | Motor Trend