Reuters ha podido echar un vistazo a los planes de los dos mayores fabricantes de vehículos de Estados Unidos: General Motors y Ford. Según ha publicado la agencia de noticias los dos gigantes de Detroit planean fabricar más de cinco millones de SUV y pick-up de aquí a 2026, y solo 320.000 vehículos eléctricos.
Esto supone únicamente el 5 % de la producción entre los dos: el equivalente a lo que fabricó Tesla en todo 2019.
Cuando la electrificación no es rentable
Para entender esta estrategia debemos partir de la base de que los objetivos de emisiones favorecen a los vehículos grandes por encima de los pequeños.
Esto implica que la fabricación de compactos eléctricos aún no es rentable, ni se pueden vender con buenos márgenes de beneficios.
Lo segundo es que la materia prima que alimenta a estos vehículos de combustión, el petróleo, está viendo una caída en su precio casi sin precedentes, impulsada por la crisis sanitaria del coronavirus y por una guerra interna que mantienen los señores del crudo en la OPEP.
¿Qué pasa si baja el precio del petróleo? Que paulatinamente bajan los carburantes y hacen a las energías renovables menos competitivas, sin olvidar que las economías domésticas de los países exportadores están ligadas a este negocio, que si va mal, repercutirá negativamente en inversiones en energías alternativas.
A partir de aquí vemos cómo las grandes promesas de electrificación contrastan con la realidad: la baja demanda de coches eléctricos (que no sean Tesla) en Estados Unidos.
A principios de mes General Motors hizo pública su estrategia para aumentar "rápidamente" las ventas de vehículos eléctricos de la compañía, de forma flexible y, según promete, rentable. Se trata de unas nuevas baterías llamadas Ultium y una plataforma de coches eléctricos de tercera generación.
La directora general, Mary Barra, dijo que planea invertir 20.000 millones de dólares para llevar al mercado un millón de vehículos eléctricos al año a mediados de la década de 2020. Por su parte Ford está mano a mano con Volkswagen para hacer rentable la fabricación de vehículos eléctricos a través de una plataforma común.
Además la marca del óvalo ha prometido que todos sus futuros modelos estarán electrificados.
Pero según los analistas, los fabricantes obtienen más ganancias en cada SUV de lujo, como el Cadillac Escalade de General Motors que se vende a 80.000 dólares o el Lincoln Navigator de 76.000 dólares que con una docena de coches compactos.
Y esto tiene consecuencias para el medio ambiente. "Si el apetito de los consumidores por los SUV continúa creciendo a un ritmo similar al observado en la última década, los SUV agregarían casi 2 millones de barriles por día a la demanda mundial de petróleo para 2040, compensando los ahorros de casi 150 millones de coches eléctricos", ha dicho la Agencia Internacional de Energía.
No obstante, tenemos grandes expectativas con el Hummer eléctrico y el Ford Mustang Mach-E.
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