Faconauto defiende los coches diésel actuales: "El problema son los motores antiguos"

Faconauto defiende los coches diésel actuales: "El problema son los motores antiguos"
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La demonización del diésel ha día de hoy es un hecho: tras el escándalo de las emisiones, el gasóleo se ha convertido en el enemigo público de la salubridad del aire en las ciudades y la medicina de las administraciones se basa en la prohibición. ¿Pero son todos los diésel iguales? Sobre este punto reflexiona Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, que ha señalado que los coches diésel de última generación, no son el problema.

A la estela del Diéselgate, en España hemos pasado del "diéselo" al "el gasóleo es el mál". Las políticas medioabientales ponen en este combustible y en las emisiones de NOx el foco, lo que se refleja en las restricciones. Ejemplo de ello lo encontramos en la intención del Gobierno de equiparar la fiscalidad del diésel a la gasolina, lo que apunta a retrasarse finalmente, o en el nuevo Plan Anticontaminación de Madrid, con restricciones basadas en el etiquetado ambiental de la DGT y que, según episodio, contempla limitaciones que incluyen toda la ciudad.

Para Gerardo Pérez, el diésel se ha convertido en un chivo expiatorio y lo califica de distracción. Y es que el presidente de la patronal de los concesionarios españoles donde ve el problema es la edad del parque automovilístico español y no en los coches de gasóleo en general. Evidentemente, no es lo mismo un diésel Euro VI que uno de hace quince años.

El foco en los diésel antiguos, no en los nuevos

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Las declaraciones de Pérez está motivadas por las palabras pronunciadas por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que sentenciaba recientemente que "el diésel tiene los días contados". Una aseveración cuyas consecuencias a medio plazo requieren un análisis, según expone el presidente de Faconauto. No en vano, esta persecución ha hecho saltar las alarmas de la industria, tal y como defendían recientemente varios organismos, entre los que se encontraba la propia patronal.

"Si lo que se pretende es conseguir que el aire de nuestras ciudades sea de mejor calidad, efectivamente los vehículos diésel deben tener los días contados... pero no los nuevos, que son eficientes y cumplen con los límites de emisiones establecidos desde la Unión Europea. Deben desaparecer los de más de diez años, responsables del 80% de esas emisiones", defiende Gerardo Pérez.

Y es que, si tomamos como base el etiquetado medioambiental de la DGT y su división según emisiones, los vehículos diésel son considerados más contaminantes que los gasolina, que cuentan con mayor manga ancha, en general, en base a su antigüedad. Por ejemplo, los vehículos calificados como de Tipo B incluyen los diésel Euro IV y Euro V, que, en el caso de los últimos, corresponde a modelos fabricados entre 2008 y 2012. En el caso de la gasolina, en este grupo se incluyen los Euro III, que datan de entre 1995 y 2005.

Fomentar la renovación del parque teniendo en cuenta las limitaciones del consumidor

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Por tanto, para el dirigente de Faconauto la clave está en renovar el parque de vehículos y es ahí donde el Estado debe poner su grano de arena con iniciativas y medidas que lo permitan. Aunque Pérez asegura que los concesionarios apoyarán este tipo de planes, recuerda que deben proyectarse bajo una premisa: "Algunos de los propietarios de coches muy antiguos no pueden permitirse el cambio".

El envejecimiento del parque automovilístico español preocupa a la patronal de concesionarios que estima que, para 2025 el 65% de los coches que circulen por las ciudades y carreteras españolas tendrán más de quince años si no se empiezan a adoptar medidas.

Según Pérez, la inversión en tenología para el desarrollo de mecánicas alternativas de cero o mínimas emisiones no servirá de nada si antes no se achatarran los vehículos más antiguos. "Este es el verdadero foco del problema, no el diésel limpio de última generación, del cual no podemos distraer la atención tanto el Gobierno, como fabricantes y concesionarios".

La transición hacia una movilidad sostenible no será posible sin la combustión

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No obstante, la renovación del parque no puede centrarse únicamente en vehículos de mecánicas alternativas, cuya democratización está aún lejos: "A día de hoy, no hay una alternativa tecnológica real que sea capaz de llegar a la mayoría de los ciudadanos a corto plazo. En un futuro existirá, pero hay que darle tiempo", expone Pérez.

El dirigente de Faconauto defiende que para transitar hacia una movilidad sostenible, es necesaria la actual y moderna tecnología de combustión. La patronal tiende la mano al Gobierno para que trabajar conjuntamente en pos de esta meta, pero recuerda que: "No podemos ser cortoplacistas ni poner injustamente el foco en el diésel. No pongamos esa excusa, ampliemos el enfoque, pues tenemos capacidades de sobra".

Hay que reconocer que, más allá del interés de los concesionarios de fomentar la compra de coches nuevos, el paso adelante de Pérez propone algo de cordura. Y es que hay que recordar que apenas hace diez años, el diésel se vendió al consumidor como la panacea y son muchos los coches alimentados por este combustible los que forman parte de nuestro parque automovilístico. ¿Cómo le dices a un conductor que compró su coche hace tres años que ya tiene los días contados? Un poco de perspectiva, nunca está de más.

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