Con el fin del coche de motor de combustión interna para 2035, todos los fabricantes se comprometieron con el coche eléctrico, cada uno a su ritmo. Sin embargo, más de uno ha vuelto a poner en duda la idoneidad del coche eléctrico para 2035. Después de Porsche, el grupo Stellantis vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de un retraso de la prohibición del coche de gasolina. Y todo ello sin dejar de arremeter contra China.
En una entrevista con Challenges, Carlos Tavares, el CEO del grupo Stellantis, admite que está trabajando en varios escenarios, incluido el aplazamiento de la electrificación durante varios años en caso de cambio de mayoría política.
La posible reelección de Donald Trump en Estados Unidos, que todo el mundo ve como el próximo inquilino de la Casa Blanca, y un posible cambio en el ejecutivo de la Unión Europea, generan más incertidumbres que certezas sobre el futuro.
“Por eso trabajo con varias hipótesis: la de una aceleración política del paso a los vehículos de emisiones cero o, por el contrario, la de una ralentización de la electrificación”, explica Tavares. “Los resultados podrían conducir a un aplazamiento de los plazos durante varios años, mientras dure un mandato político”.
Esa incertidumbre es lo que ha llevado a Stellantis, y otros fabricantes, como BMW, a desarrollar plataformas que puedan acoger tanto un motor de gasolina como un motor eléctrico y su batería.
Por otra parte, Stellantis ya está experimentado esa incertidumbre política en Italia, que ha pasado de apoyar el coche eléctrico a experimentar una oposción frontal a lo eléctrico. El ejecutivo de Giorgia Meloni acusa al grupo industrial de sacrificar sus inversiones en Italia. Sin embargo el grupo fabrica coches eléctricos en Italia, pero sin el apoyo del Estado italiano para venderlos.
Europa obliga a adoptar el coche eléctrico, "sin tener en cuenta las consecuencias sociales"
Al final, para el CEO de Stellantis, se podría resumir todo a una cuestión política en la que no se ha mirado ni pensado en la gente. “Los políticos han adoptado el dogma de que los coches de combustión interna deben desaparecer. De hecho, se ha adoptado un enfoque elitista con una tecnología muy cara. El resultado es que solo las personas con alto poder adquisitivo pueden comprar coches eléctricos”, afirma Tavares.
Y va más lejos contra la UE. Para él, Bruselas ha dejado entrar deliberadamente a la competencia china para obligar a las marcas europeas a bajar sus precios. Y lo han hecho, asegura, “sin tener en cuenta las consecuencias sociales". Se calculan que más de 600.00 puestos de trabajo directo en Europa están peligro por la transición al coche eléctrico. "Los políticos nunca lo han discutido. ¿Qué dirán los dirigentes europeos cuando se noten estas consecuencias sociales? Esto no es aceptable”.
Fabricar un coche eléctrico en Europa a día de hoy es un 40 % más caro que uno de gasolina, calcula Tavares. Mientras que los fabricantes chinos tienen unos costes de producción un 30% más bajos, porque controlan todo el suministro de materias primas necesarias. Lo que lleva a Carlos Tavares a coincidir con Elon Musk en ver al país asiático como una amenaza. Y avisa: “China podría destruir la industria automovilística europea”.
La táctica es ya conocida. Se instalarán en el corazón del mercado europeo, es decir, en coches de gama media, como ha hecho MG con éxito (el MG ZS es el segundo coche más vendido en España en enero de 2024, por ejemplo). Luego, atacarán las gamas de acceso, el de los utilitarios, si los fabricantes europeos abandonan este segmento.
Puede sorprender que el CEO de un grupo que se ha aliado con un fabricante chino, Leapmotor, se despache de esa forma contra la industria china. Sin embargo, no lo ve como una incoherencia, sino como un movimiento estratégico para protegerse.
Los chinos nunca van a vender sus grandes fabricantes, asegura, pero no pasa nada con uno de tamaño medio. Para Stellantis es una manera de tener un pie en China conservando las apariencias de una marca china, un poco como ha hecho Geely con Volvo y Polestar, o SAIC con MG, en Europa.