Ya sabéis que en China hay una ligera presión demográfica en las ciudades, y eso lleva a que los coches abunden por todas partes. Esa es la razón por la que uno no puede matricular alegremente su coche, sino que lo tiene que hacer cuando le toca en gracia una de las matrículas que se sortean. Bien, pues a eso le añadimos ahora que, al menos en Guangzhou --también conocida como Cantón--, quieren limitar la propiedad de los coches a 10 años.
Eso significa que al vencer ese plazo, el propietario perdería (en condicional aún) la matrícula del coche y le tocaría volver a entrar en la ruleta de la fortuna rueda de los sorteos. ¿Que cuántas matrículas concede cada año Guangzhou? 120.000. ¿Para cuántos habitantes? Ahí está la gracia. En la ciudad china viven como 12.700.000 personas según datos wikipédicos de 2010.
Sin poder sacar una conclusión numérica directa con estos datos, porque no conocemos la tasa de crecimiento actual de la población y porque la cifra de población no es equivalente al censo de conductores, sí que huele la cosa a una cierta dificultad para lograr matricular un coche con el que ir a trabajar. La alternativa es conducir sin matrícula.
Como excepción, se considera que los vehículos de cilindradas superiores a los 2,5 litros pueden obtener sus matrículas fuera del sorteo, pujando en subastas. Curioso ese criterio, si tenemos en cuenta que una de las razones aducidas para limitar la vida de los coches es la lucha contra la contaminación. Al menos en París fueron más discretos al proponer su propia limitación...
