A medida que van sucediéndose las informaciones sobre el caso de Volkswagen y la manipulación de los datos de emisiones, lo que empezó como un posible fraude se está convirtiendo en un thriller de proporciones wagnerianas. La última entrega de este culebrón la tenemos en Ingolstadt, donde Audi ha decidido demandar a Volkswagen por supuestos delitos contra el derecho penal alemán.
Audi quiere contribuir de esta manera a que se esclarezcan los hechos, ya que su postura es la de no tolerar violaciones de la legislación vigente o de los valores fundamentales, en la misma línea que esgrimió la empresa ahora demandada cuando decidió resolver la situación laboral de su entonces presidente, Martin Winterkorn.
Ahora, habrá que ver cómo evoluciona el caso. La demanda se ha interpuesto en Baviera, en el sur de Alemania, mientras que Volkswagen está radicada en la Baja Sajonia, en la zona norte del país. Precisamente aquel land tiene una participación del 20 % sobre el grupo automovilístico alemán. Quizá después de todo, el lío de Volkswagen pase pronto a ser un asunto de Estado, más allá de la preocupación de Angela Merkel por "contener el daño" de cara al exterior. Problemas exteriores y ahora, también, problemas internos.
En el caso de Audi, son 2,1 millones las unidades de coches afectadas, dentro de los ya célebres 11 millones de automóviles que en todo el mundo contienen el dispositivo capaz de engañar las mediciones de óxidos de nitrógeno en Estados Unidos. Por su parte, la marca Volkswagen tiene marcados 5 millones de ellos; Škoda, 1,2 millones; SEAT, 700.000 unidades, y a esto hay que sumar 1,8 millones de vehículos de la división de Comerciales. La cuestión ahora es si SEAT y Škoda se unirán a Audi en su demanda, para acabar de perfilar la historia.
En Motorpasión | El caso de las emisiones de Volkswagen