Si nos preguntaran si preferimos hacer un trayecto relativamente corto en avión o en tren, probablemente la mayoría elegiríamos esta última opción para ahorrarnos una buena suma de tiempo perdido. El Hyperloop lleva años queriendo ser la solución definitiva para recortar drásticamente tiempo de viaje en muchos trayectos y revolucionar el transporte de personas, pero los fracasos han sido muchos.
Ahora el Centro Europeo Hyperloop ha dado por terminada la primera infraestructura de prueba de este medio de transporte en la provincia holandesa de Groningen: 420 metros de pista para lograr viajar a velocidades supersónicas gracias a la levitación mágnética.
Recordemos que esta idea ya se puso en marcha en 1870 pero fue Elon Musk quien la devolvió a la vida en 2013 con muchas promesas que al final han acabado con su pista de pruebas demolida y convertida en aparcamiento. Incluso aquí en España ha habido dos centros de desarrollo de hyperloop, uno en Cádiz y otro en Málaga, sin éxito.
Según explica el centro, esta pista hecha a base de tubos de acero abre las puertas a las primeras pruebas: "Esta infraestructura nos permite demostrar tecnologías esenciales como la levitación magnética, la propulsión, la estabilización e incluso el cambio de carril a velocidades de hasta 100 km/h".
Pero estos trenes están pensados para viajar a velocidades de más de 1.000 km/h. La primera compañía que probará su tecnología en el túnel es Hardt Hyperloop, y detrás vendrán más (además el holandés no es el único; actualmente hay otro túnel de pruebas en Suiza). Hacer realidad este medio de transporte podría recortar un trayecto entre París y Barcelona de más de seis horas a una hora.
Entre las ventajas sus promotores destacan que la infraestructura es más barata en comparación con el tren de alta velocidad, la integración espacial del Hyperloop se considera más fácil en comparación con otros tipos de infraestructura y por último, se estima que el uso de energía al viajar con un Hyperloop es 10 veces menor en comparación con viajar en automóvil o en avión, lo que proporciona una solución energéticamente eficiente.
Y es que los vagones se desplazan 'flotando' dentro del tubo ya que no hay fricción con las paredes gracias a imanes con un campo magnético permanente, una tecnología basada en el principio de atracción y repulsión que se crea entre dos campos magnéticos. A estos trenes de levitación magnética se los denomina Maglev.
Lo que no menciona el Centro Europeo Hyperloop es que el principal problema de esta tecnología es la enorme financiación que precisa. Aquí China está jugando un papel importante, pues el año pasado completaron las primeras pruebas con su T-Flight.
En este proyecto europeo participan más de 25 empresas y hay varios proyectos en marcha. En Italia, recientemente se inició un estudio de viabilidad sobre una ruta piloto de Hyperloop, mientras que India se está preparando para iniciar un piloto en 2026. A nivel continental, la Comisión Europea ha propuesto incluir Hyperloop en su política TEN-T con el apoyo del Parlamento Europeo. Esta política tiene como objetivo mejorar la conectividad entre los Estados miembros europeos.