Se dice que China es la fábrica de paneles solares del mundo. Y sin duda lo es. Lo malo es que por lo visto Europa es su almacén. El stock de paneles solares chinos en el Viejo Continente, estimado en más de 200 millones de paneles solares, sigue creciendo y desestabilizando cada día un poco más el mercado europeo.
China está inundando el mercado europeo de paneles solares a precios artificialmente cada vez más bajos, haciendo dumping. Mientras, los profesionales del sector piden a la Comisión Europea que tome medidas.
El dumping es la práctica que consiste en vender a precios muy bajos, perdiendo incluso dinero, para echar al resto de la competencia del mercado y obtener así una posición de ventaja. Es una práctica habitual de empresas chinas en Occidente, gozando a menudo de la ayuda del estado chino con tal de favorecer las exportaciones.
Ha ocurrido con las bicicletas eléctricas hasta que Europa ha tomado cartas en el asunto y mediante la imposición de aranceles ha limitado considerablemente la llegada de bicis eléctricas de fabricación china. También ha ocurrido con los paneles solares en 2013, pero los aranceles fueron retirados cinco años después, y podría pasar a corto plazo con los coches eléctricos. Mientras, Europa está siendo inundada de paneles solares a mitad de precio.
Dos años de stock de paneles solares, el equivalente a 20 centrales nucleares
"Actualmente hay tantos paneles chinos almacenados en los Países Bajos que la demanda en Europa está prácticamente cubierta para dos años. Como consecuencia, el precio de los paneles solares está cayendo en picado", advierte La Tribune de Genève.
Se habla de unos 200 millones de paneles solares, lo que representa el doble de lo que había en 2022. Estos paneles solares almacenados valen unos 7.000 millones de euros y podrían generar tanta energía como 20 centrales nucleares. Esta reserva "supera actualmente los 80 GW de potencia eléctrica", según la consultora noruega Rystad Energy, y "alcanzará los 100 GW a finales de diciembre [2023]", avisaba la consultora.
Si China inunda Europa de paneles es una consecuencia del Inflation Reduction Act de Estados Unidos en vigor desde agosto de 2022. Como los fabricantes chinos no pueden cumplir con los requisitos para la importación de paneles solares en Estados Unidos, como un porcentaje de producción local en módulos y celdas o que no se use trabajo forzado en su producción, sobre todo en la extracción de silicio, envían su producción a Europa.
India ha hecho lo mismo, cerró sus fronteras a los paneles solares chinos. Como consecuencia, los fabricantes chinos de paneles solares han dirigido su atención a Europa, que se ha convertido en su mayor mercado.
Los precios de los paneles solares divididos por dos
"Cunde el pánico en la industria solar europea. Según una declaración presentada ante la Comisión Europea la semana pasada, el mercado está siendo inundado por importaciones chinas baratas, llevando a los proveedores europeos a la ruina", escribe el diario suizo.
SolarPower Europe, que agrupa a unos 300 actores de la industria solar europea, asegura en una declaración presentada ante la Comisión Europea que, según los cálculos de la asociación, los precios de los paneles solares han caído una media de más del 25% desde principios de 2023 debido a la competencia de China. Estos proponen a menudo paneles solares dos veces más baratos que sus rivales europeos.
“Más del 70% del mercado de los paneles solares se basa en la instalación de gigagranjas solares”, recuerdan desde Le Figaro. Los fabricantes europeos no pueden competir con los precios de los chinos, mientras que las centrales fotovoltaicas necesitan paneles baratos para poder ser rentables.
Incapaces ya, en tiempos normales, de igualar los precios ofrecidos por sus competidores, los pocos fabricantes europeos de paneles solares que hay corren el riesgo de ser engullidos definitivamente por los chinos.
Puede que para ellos sea demasiado tarde. Pero aún se está a tiempo de reaccionar para la industria del automóvil. Frente a las sospechas de dumping que planean sobre varias marcas chinas, sobre todo cuando son de propiedad estatal, la UE ha decidido investigar si efectivamente existe una competencia desleal o no.
En caso afirmativo se podría así imponer aranceles, como hizo con las bicis eléctricas. Aunque otros países podían seguir el ejemplo de Francia y eliminar las ayudas a los coches chinos en base a criterios de huella de carbono.
