La guerra entre la española Renfe, la italiana Iryo y la francesa Ouigo por ofrecer a los viajeros billetes de tren de alta velocidad cada vez más baratos tiene un nuevo contrincante: el Gobierno. El Ministro de Transportes, Óscar Puente, estudia denunciar a Ouigo ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por competencia desleal.
Puente considera que la compañía, propiedad del estado francés, con su venta de billetes a un precio “muy por debajo de su precio real” (ofrece billetes desde nueve euros) no sólo está cometiendo “dumping”, sino que está haciendo que el resto de compañías de tren de alta velocidad trabajen a pérdidas.
En la guerra abierta entre operadoras, el viajero gana (de momento)
Ante los micrófonos del programa de radio ‘Mas de uno’ de Onda Cero, Óscar Puente, opinaba sobre las consecuencias de la liberalización ferroviaria en España que “lo que iba a ser únicamente una competencia sana se ha convertido en una guerra desde el primer minuto”.
Además, culpaba de la situación a la operadora Ouigo, de la que piensa que “ha arrastrado a las otras dos competidoras (Iryo y AVLO) a resultados muy malos” y prácticamente trabajar a pérdidas.
En la misma línea, el presidente de Renfe, Raül Blanco Díaz, aseguraba estar “peleando por cada viajero”, aunque vaya en ello la rentabilidad de la compañía Española, que hasta hace no mucho contaba con el monopolio de la alta velocidad en España.
En un año Renfe ya ha abaratado sus viajes de AVE una media del 20 %, incluso incurriendo en pérdidas, mientras trata que Francia le otorgue los permisos necesarios para llegar con sus trenes hasta París antes de que empiecen los Juegos Olímpicos. Pero en total, en los último tres ejercicios, el conflicto entre operadoras iniciado por Ouigo para ofrecer los viajes más baratos ha llevado a rebajar hasta un 40 % los precios.
Según los datos de la CNMC, el precio medio por trayecto durante el último trimestre del 2023 entre Madrid y Barcelona era de 37,43 euros en Ouigo, de 43,10 euros por billete en Iryo, de 43,88 euros en AVLO (la compañía pública de bajo coste) y de 62,39 euros en los AVE de Renfe.
Puente considera que esta política tan agresiva de Ouigo para ganar cuota de mercado es una estrategia de “competencia profundamente desleal” que sería imposible de mantener sin el aval del Estado francés, propietario de la operadora de bajo coste a través de SNCF. De hecho, tanto Ouigo como Iryo cerraron 2023 con pérdidas de hasta 40 millones de euros, pese a que por ejemplo la compañía francesa acabó el año con la segunda cifra más alta de pasajeros registrada desde 2006: 522 millones.
La propia Ouigo reconocía en mayo del año pasado que líneas como la de Zaragoza “no eran rentables”, pero también avisaba de que “no subirían sus precios”. La operadora francesa sigue en sus trece y ya ha respondido al Gobierno que “no entiende sus críticas” y que “mantendrá sus precios bajos”, pues pretende lograr el equilibrio financiero este mismo año.
Por el contrario Óscar Puente abogaba por “subir los precios” como una única solución posible a esta guerra cada vez más intensa entre operadoras, y podría quedarse con las ganas de que la CNMC le dé la razón. Lejos de ir a menos, Ouigo ya ultima los detalles para competir en la línea Madrid-Sevilla en el segundo semestre. Además, ya tiene los permisos para ofrecer hasta cuatro servicios diarios entre Madrid y Valladolid.
Si la denuncia del Gobierno finalmente sale adelante, y la CNMC da el visto bueno a subir los precios, podría ser el principio del fin de los billetes baratos para los trayectos de larga distancia en España.
