Tarde de domingo, un buen momento para sentarnos tranquilamente delante del ordenador y disfrutar de un buen vídeo. Las 24 Horas de Le Mans marcan a todo el que pone los pies en el circuito de La Sarthe, si respiras el ambiente de esos días entregados a la competición, a la herencia de años y años de deportivos, olor a gasolina, fans incondicionales, un cierto grado de romería en el interior del trazado, los símbolos, el polvo, el calor o la lluvia... entonces te quedas enganchado para siempre. O bien lo odias.
No creo que vaya a ser nuestro caso, y me refiero a odiarlo. Hoy nos vamos a regalar un par de vueltas al circuito de Le Mans a bordo de un Ferrari Dino. Son dos vueltas casi completas en las que podemos ver cómo se vive desde dentro una carrera de clásicos que, todo hay que decirlo, tienen muchas diferencias con los coches que corrían en la época y muchísimas más, muy obvias, con los modelos actuales. Como es normal.
A mi personalmente, me encanta ver este tipo de vídeo. Me hace pensar en qué se está desarrollando delante de mis ojos, coches clásicos rodando en una pista emblemática, en la mañana de una jornada que da el pistoletazo de salida a una nueva edición de las 24 Horas. Cuidado de la mecánica, cambios prematuros, frenadas cautelosas, todo vale para conservar la mecánica de unos bólidos espectaculares y piezas de coleccionista.
Espero que hayáis pasado unos buenos diez minutos, que disfrutéis del sonido del motor, del paseo por este precioso circuito y, si tenéis la fortuna de asistir a una prueba de este estilo, que os quede claro que es una maravilla visualmente. Y en realidad corren, ¡vaya si lo hacen! Con lo acostumbrados que estamos a las cajas de cambio modernas, a la aerodinámica, a las prestaciones brutales y, por otro lado cada vez más eficientes, dos vueltas a bordo de un clásico son una rareza muy interesante.
Vía | Fiskens