Japón se engalana durante los meses de otoño y muchos consideran que es quizá la mejor estación para visitar sus bellos paisajes. Desde el mes de septiembre, el clima templado y los días algo más cortos van tiñendo sus árboles milenarios y cubriendo sus santuarios de hojas. Es una temporada perfecta para pasear y admirar la colección de colores y disfrutar de algunas de sus tradiciones relacionadas con la naturaleza, la astronomía y la familia.
Pero para aquellos enamorados del país nipón, tenemos una buena noticia: podemos disfrutar de toda la experiencia japonesa sin salir de nuestras fronteras. ¿Nos acompañas en algunas de las rutas y costumbres niponas que encontramos en nuestro país?
Una antigua costumbre japonesa en el otoño: momiji
En Japón las cuatro estaciones están muy marcadas por las condiciones climáticas, a las que hay que sumar la estación de las lluvias o monzón denominada “tsuyu” (梅雨). Por ello, el país cambia de apariencia de forma llamativa casi cada mes del año.
En Japón hay cuatro estaciones y el "tsuyu", la época de los monzones
Tras la época de los tifones y el calor veraniego, el color de los arces cambia a un rojo intenso y los árboles ofrecen una atmósfera mágica en cada rincón hasta que sus hojas terminan de caer. Este espectáculo se vive de forma muy especial entre la población en un fenómeno que se conoce como el momiji (紅葉), lo cual significa algo así como “la contemplación de los colores”.
El momiji comienza en la isla de Hokkaidō durante la segunda quincena de septiembre y va avanzando progresivamente hacia el sur, mientras la población pasea por sus jardines, templos y bosques.
Pasear por el momiji entre Irati y Ordesa
No lo pienses más y súbete con toda la familia al RAV4 Electric Hybrid y disfruta de la conducción entre los magníficos hayedos de esta región del norte. En el Pirineo oscense se pueden observar algunos de los paisajes más sobrecogedores durante esta época del año: cascadas, saltos de agua, ríos turquesas y bosques con todas las tonalidades del ocre. Los ibones de Aragón espejean entre las grandes cimas, recordándonos los grandes hielos glaciares que existieron hace 40.000 años.
La magia de Ordesa nos conduce hasta Monte Perdido, donde, efectivamente, debemos perdernos entre sus amarillos y naranjas. Continuamos ese mar ondulante de luz roja y musgo verde hasta los fantasiosos senderos de la Selva de Irati, con uno de los hayedo-abetales más extensos del mundo. Naturaleza virgen y cámara de fotos para capturar todas las imágenes desde el techo solar de tu Toyota.
La tradición de contemplar el plenilunio en septiembre
La tradición ancestral japonesa de contemplar la luna llena se realiza en torno al 15 de septiembre
Esta romántica tradición se realiza en el mes de septiembre, alrededor del día 15, pues es cuando la luna alcanza el plenilunio. Además, coincide con el decimoquinto día del octavo mes del calendario lunar, el tradicional calendario japonés ya en desuso desde 1872. La costumbre de contemplar la luna llena en el país nipón durante este mes del año se conoce como “tsukimi” (月見) y es una festividad en honor a la luna llena de otoño.
Tradicionalmente, y según cuenta el origen de la tradición, desde ese día y durante los 14 siguientes del equinoccio de otoño, la nobleza japonesa solía disfrutar de la luna a bordo de los barcos para contemplar su reflejo en el agua. Aunque la costumbre la adoptó la élite cultural, la tradición es ancestral (periodo Heian) y consistía en reunirse bajo la luna llena para escribir y leer poemas haiku y beber sake.
La cara oculta de la luna en la comarca de Gorbea
El Parque Natural de Gorbea, y en general todo el País Vasco, es uno de los lugares con más verdor de toda la península. Tras un verano de contrastes entre la luz del mar y el frescor del monte, el otoño comienza a teñir de color rojo los robledales, alisos y fresnos. No es mal plan recorrer la autopista del Cantábrico a bordo de nuestro híbrido favorito de Toyota para disfrutar de estupendos ratos de montañismo y noches bajo las estrellas.
Podemos organizar un perfecto tsukimi por la noche con nuestro telescopio y aprovechar la mañana para visitar el karst del macizo de Itxina. Además, desde el Parque Natural nos invitan a vivir una gran cantidad de experiencias, como aprender a hacer pan o sesiones de alfarería tradicional, e incluso algunas costumbres japonesas como la práctica de yoga y taichi al aire libre.
Shubun No Hi o la celebración del equinoccio de otoño
Alrededor del 22 o 23 de septiembre se celebra en Japón la fiesta nacional del Shūbun No Hi (秋分の日), también conocido como “Día del Equinoccio de Otoño”. Justo en esta fecha tanto el día como la noche duran exactamente lo mismo y damos por finalizado el periodo estival para dar la bienvenida al otoño. Antaño esta fecha tenía una marcado relevancia, especialmente para quienes se dedicaban a la actividad agraria, pues indicaba el momento perfecto de recogida de la cosecha.
En otro orden de cosas, el budismo y sus prácticas espirituales se organizaban en torno a los equinoccios y, en concreto, el de otoño tiene un significado especial. A lo largo de los siete días posteriores, las almas de los difuntos pueden cruzar el río que separa nuestro mundo del más allá y así alcanzar el paraíso. Por ello, es tradición durante esa semana visitar las tumbas de los antepasados, realizar homenajes en los hogares o acudir a los templos a honrar a las personas que ya no están para acompañarles en su trayecto.
Terra das Meigas donde sopla el otoño
Galicia es tierra de brujas, trasgos y santuarios en la que sus leyendas y mitos inquietan a quien pone pie en ella, como los cuentos de Bécquer. Podríamos pasar noches frente a la chimenea escuchando historias sobre La Santa Compaña, una procesión de ánimas en pena que vagan errantes por la noche visitando a quien está por fallecer.
Mitos del acervo asturgalaico que todavía se reflejan en las paredes del Santuario de Nosa Señora da Barca, en Muxía. Una construcción barroca y lugar de peregrinación donde se dice que llegó la Virgen a dar ánimos a Santiago y en el que se encuentra la famosa Pedra Abaladoira, que se movía anunciando las tormentas.
Si queremos más aventuras, podemos visitar El Morrazo, lugar que se adentra en el Atlántico entre las rías de Vigo y Aldán y que es conocido como la península de las Brujas. Un territorio prolijo en leyendas nigromantes y donde la niebla se difumina entre sus escarpados acantilados. Nada que tema nuestro Toyota C-HR Electric Hybrid, todo potencia y agilidad para huir de los espíritus del más allá. ¿Te animas a visitar Japón y sus costumbres sin salir de nuestras fronteras?
Imágenes | iStock PhotosTime ARUIZHU AlbertoLoyo pat138241 tampatra