El nuevo Aston Martin DB11 es un modelo importantísimo para la marca inglesa. Con un chasis nuevo y un motor nuevo -desarrollado por la propia marca-, el DB11 es el primero de los modelos de la nueva era. Y para asegurarse de que todos los coches salen bien, el propio CEO de la compañía, Andy Palmer, inspeccionará en persona las 1.000 primeras unidades del DB11 que salgan de fábrica.
Esos coches lucirán en el motor una chapa con el nombre y la firma de Andy Palmer, justo como lo hacen los otros operarios. Esa chapa, en teoría, no es sólo de cara a la galería, el operario al ponerla en los coches que ha inspeccionado y ayudado a fabricar reconoce su responsabilidad en cómo ha salido el coche.
Andy Palmer tendrá que hacer horas extras (empezará a las 18h00 y tendrá que comprobar 12 coches cada día) para poder inspeccionar los Aston Martin DB11 al mismo tiempo que sigue con su labor de devolver la venerable marca inglesa al camino de la rentabilidad.
Only 1000 Aston Martin DB11 V12's to be made with this particular inspectors plaque! pic.twitter.com/lkmMTJpGE8
— Andy Palmer (@AndyatAston) 13 de julio de 2016
Y en ese camino es esencial que el DB11 salga bien, pues debe sentar las bases de todos los futuros modelos que vengan después. Y es que aunque los clientes más fieles de la marca aceptan que sus coches tengan fallos -demasiados habida cuenta del precio, para algunos-, muchos otros clientes no lo aceptan. Y Andy Palmer quiere mejora la reputación en términos de fiabilidad de la marca.
Obviamente, no deja de ser un ejercicio de marketing, pues la inspección final no garantiza la calidad de fabricación de un coche -o de cualquier producto- ya que esa inspección y la búsqueda de la perfección se han de aplicar en todos los procesos de fabricación, desde el ensamblaje del chasis, pasando por los componentes del motor hasta las costuras de la tapicería.
Por ejemplo, si el cableado no está bien montado y hay fallos a los 5.000 km, es muy probable que no se detecte en una inspección final, la cual es esencialmente visual. Por eso, la calidad de un producto se comprueba normalmente en todas las etapas de la producción.
Aún así, Andy Palmer demuestra que cree firmemente en su producto y pone su nombre sobre la mesa. Es que si después de eso el DB11 sale mal, es muy probable que los accionistas pidan su cabeza.
En Motorpasión | La historia que quizá no conocías de los Aston Martin DB y de su creador