He aquí uno de los inevitables conflictos de la conducción autónoma: el desarrollo de una regulación que contente a todas las partes, sí es que eso es posible. En ese sentido, el estado de California, centro neurálgico para esa tecnología, está trabajando para poder ofrecer un panorama de avance tecnológico, pero sin dejar de lado la seguridad en la vía pública.
La llegada de una nueva normativa en el Golden State que permita la conducción autónoma sin supervisión humana ha sido bastante aplaudida, ahora bien, las exigencias para los fabricantes no son pocas. Por eso, General Motors, Volkswagen, Honda, Ford y Google han protestado ante las autoridades para tratar de allanar su camino.
No se trata tanto de un impedimiento físico en carretera, sino burocrático y de privacidad. Los fabricantes se quejan porque creen que el proceso entre pruebas y la salida a vía pública de los modelos autónomos puede alargarse más de un año.
Además, se quejan de la vigilancia que las autoridades prestarán a sus actividades, siendo obligatorio ceder una gran cantidad de datos de sus actividades a la Policía. de hecho, esta tendrá acceso a toda esa información en menos de 24 horas y sin ningún tipo de trámite judicial.
De esto se desprende un dilema. Mientras que la industria reclama libertad de actuación, las autoridades buscan la seguridad por encima de todo. Uno de los encargados de sacar adelante la nueva regulación, Brian Soublet, habla así de la misma:
El objetivo es estar seguros de que podemos tener esta tecnología en las calles.
En cualquier caso, la autoridad californiana se muestra abierta a rectificaciones, con probablemente los que se quejan no encontrarán complicado obtener alguna concesión.
Vía | Europe Automotive News
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