Sabíamos que el nuevo gobierno de la ciudad de Madrid estaba por la movilidad eléctrica y reducir la contaminación en la ciudad, lo que desconocíamos era de su predilección por un fabricante en concreto: Tesla Motors.
De este modo y en un acto sin precedentes, después de tomar varias medidas para reducir la flota de vehículos oficiales, el ayuntamiento volverá sobre sus propios pasos adquiriendo más de un centenar de vehículos, pero esta vez eso sí, eléctricos. Así, han anunciado la compra de 140 unidades del Tesla Model S.
Los voces críticas con esta decisión no han tardado en aparecer, tachando de esta compra de incomprensible y derrochadora, a tenor de que como bien sabemos el Tesla Model S es, a fin de cuentas, una berlina de lujo.
Fuentes cercanas a la alcaldesa, Manuela Carmena, justifican la compra de los 140 Model S por la política de respeto al medioambiente que está llevando el consistorio. Además, apuntan que recientemente Carmena probó en privado las bondades del Model S (a propósito del último acuerdo alcanzado con Uber) y, por lo visto, quedó enamorada del modelo, hasta el punto de haber afirmado sus intenciones de abandonar el transporte público para acudir al ayuntamiento.
Igualmente, el ayuntamiento ha avanzado algo más de información sobre el futuro peatonal de la Gran Vía. En sintonía con su plan energético, apuntan que no sería descabellado, no solo quitar los coches de la mítica calle, sino además techarla al completo con paneles fotovoltaicos que reducirían el consumo energético de la capital, en lo que sería un proyecto único a escala mundial.
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