Una parte fundamental de la llegada de los coches eléctricos son los puntos de carga. Más allá de ser meros enchufes (que también), las marcas los están tratando de posicionar como elementos diferenciadores en su apuesta por la movilidad eléctrica del futuro.
En 2019 Volkswagen presentó su último desarrollo en cargadores, un cargador inteligente y autónomo que puede localizar nuestro vehículo, cargarlo y retirarse sin necesidad de estacionar el coche en una plaza con un punto de carga. Ahora han mostrado los primeros prototipos.
La evolución natural de los cargadores para coches eléctricos
Una de las barreras de entrada a la hora de plantearse la compra de un coche eléctrico es cómo vamos a cargarlo. En las viviendas unifamiliares con garaje no hay problema, pero en los garajes comunitarios la historia se complica (aunque no tanto como puede parecer en realidad).
El caso es que Volkswagen ha ideado un sistema que parece bastante cómodo. El procedimiento sería el siguiente: aparcamos con normalidad en cualquier plaza y el robot de Wolfsburgo detecta dónde está el coche vía comunicación car-2-X después de solicitar sus servicios con la app.
Un pequeño módulo con un brazo mecánico se pone en acción, se separa de su estación de reposo y coge a otro módulo, en este caso, un acumulador de energía. El convoy eléctrico se desplaza hasta donde hemos estacionado y él mismo se encarga de conectar el coche y cargarlo.
El módulo de carga se queda junto al coche y robot vuelve a su zona de reposo. De esta manera con un solo robot y varias baterías portátiles se puede atender a varios coches eléctricos al mismo tiempo.
Una vez que la carga se completa, el robot desconecta el cargador del coche, se lo lleva a recargarse de nuevo y a esperar al próximo coche eléctrico que necesite de sus servicios. Todo de forma autónoma y sin requerir la supervisión ni la actuación de un humano.
Aparte de tener un brazo mecánico, el robot se vale de un sistema de iluminación para comunicarse con el entorno y una pantalla en la que se muestran unos ojos, seguramente por aquello de ponerle una cara simpática a una máquina sin alma y que sea más agradable de tener dando vueltas por el garaje. Para moverse utiliza ruedas y está equipado con cámaras y sensores para desplazarse por el garaje.
En realidad esta idea parece una evolución de los sistemas robotizados de carga que Tesla planteó hace algún tiempo, con la diferencia de que aquellos puntos de carga sí necesitaban estacionar el coche en una plaza concreta donde se instalaba el brazo robótico.
La finalidad en cambio es la misma: se quiere procurar que el engorro de cargar el coche eléctrico no suponga una barrera de entrada a quien esté pensando dar el salto desde los motores de combustión.
Este proyecto de momento ha sido presentado únicamente en forma de prototipo ni tampoco han revelado ninguno de sus detalles, como la capacidad máxima de las baterías portátiles o la potencia de carga. En cambio sí han asegurado que no se va a quedar en un mero prototipo y que llegará al mercado en 2021, aunque sin una fecha concreta.
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