Para los más puristas un vehículo clásico ha de ser totalmente original, pero lo cierto es que a nosotros nos atrae la idea de los restomod, que básicamente son coches restaurados y modernizados. Te guste o no la tecnología moderna, siempre está bien que el coche frene, por ejemplo.
La última de estas creaciones es un Shelby GT 500 de 1967 de Revology Cars, en Florida, que no deja de ser una réplica, pero nos encanta. Tiene el mismo aspecto que el original, aunque todos sus componentes son actuales. Eso sí, prepara la billetera, porque no es precisamente barato.
Basado en una plataforma propia de Revology (de código "M58"), este GT500 de tracción trasera cuenta con una carrocería de acero bajo licencia de Ford, pero esconde una suspensión trasera de tres brazos con barra de torsión y barra panhard, amortiguadores ajustables, un diferencial autoblocante o freno de estacionamiento eléctrico (esto ya no nos gusta tanto).
Además, incorpora llantas de aluminio de 17 pulgadas de diámetro con discos de freno ventilados en las cuatro ruedas, con pinzas de seis pistones delante y cuatro pistones detrás, pastillas de freno de altas prestaciones o una dirección de cremallera.
El capó está fabricado con fibra de vidrio y tanto los grupos ópticos delanteros como los pilotos traseros son ahora LED. Entre los componentes originales, además de los distintivos Shelby y GT500, destacan los asientos Shelby de tipo baquet.
En el habitáculo encontramos también molduras de aluminio, elevalunas eléctricos, volante Shelby con aro de madera o tapizados de piel sintética, así como aire acondicionado, iluminación ambiente LED, equipo de sonido con cuatro altavoces o acceso sin llave y arranque por botón.
Un V8 de 600 CV, pero no barato
Bajo el capó se ha instalado un 5.0 litros V8 Ford de aluminio (basado en el "Coyote" del Mustang GT actual), sobrealimentado por compresor y puesto a punto por Roush Performance. Desarrolla unos 609 CV y 644 Nm de par máximo. Además, Revology lo ofrece tanto con una caja de cambios manual de seis velocidades como con una automática con el mismo número de relaciones.
Lo único malo es que el precio es bastante elevado. Mientras que un Shelby GT500 original de 1967 puede partir de unos 100.000 dólares, Revology pide 219.000 dólares (unos 188.000 euros) por la versión manual y 222.480 dólares por la automática (191.000 euros).
Para el cliente que quiera equipar aún más cosas, entre la lista de opciones se ofrece desde una pantalla multimedia de 7 pulgadas con conectividad Bluetooh y compatibilidad con Apple Car Play y Android Auto, hasta cámara de marcha atrás, techo forrado en alcántara, navegador o sistema de audio premium. Por semejante precio, ya podía llevarlo absolutamente todo...
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