El famoso y emblemático Ford Mustang utilizado en la película 'Bullitt' acaba de perder el título de Mustang más caro de toda la historia: le ha sucedido este Mustang Shelby GT350R de 1965, que es cuanto menos icónico, pues fue la primera unidad de competición preparada por Shelby, además de alzarse como primer Mustang Shelby en ganar una carrera con Ken Miles al volante.
Subastado el pasado viernes 17 de junio por Mecum Auctions durante la 33th Original Spring Classic, este ejemplar único se ha vendido a golpe de mazo por 3,85 millones de dólares, unos 3,36 millones de euros al cambio, dejando atrás los 3,4 millones de dólares por los que se subastó a principios de este 2020 el Ford Mustang Bullit.
La cifra lo deja lejos de los 41,6 millones de euros a los que bajó el mazo con un Ferrari 250 GTO, que sigue siendo el coche más caro jamás subastado, pero este montante le pone en el trono como Mustang de precio más elevado de la historia, al menos de momento.
Una máquina del tiempo de carreras única
Como puede leerse en la ficha de Mecum Auctions este Mustang Shelby GT350R de 1965, con código 5R002, es el primero jamás concebido por Shelby para competición y que, de hecho, sirvió de base para el desarrollo de los siguientes GT350R nacidos en los cuarteles de Shelby, así como los 34 posteriores para carreras cliente.
Popularmente se le ha conocido como 'Flying Mustang' (Mustang Volador), porque en su primera victoria quedó retratado despegando sus ruedas del asfalto, imagen que se convirtió en una estupenda herramienta de marketing para la marca del ovalo y su retoño deportivo.
Esto ocurrió en su debut en las carreras, que tuvo lugar el 14 de febrero de 1965 en la Sports Car Club of America (SCCA) en el circuito de Green Valley Raceway (Smithfield, Texas) y con Ken Miles a sus mandos. A día de hoy este piloto británico es más conocido si cabe gracias a la película 'Le Mans '66', siendo uno de los protagonistas de la cinta y con Christian Bale en sus zapatos.
El film, aunque no necesita presentación, retrata la mítica victoria de Ford en las 24 Horas de Le Mans de 1966, que consiguió desbancar de su reinado a Ferrari con el Ford GT40.
Volviendo al Mustang Shelby GT350R, este caballo de carreras se distinguía por equipar un propulsor V8 de origen Ford modificado que rendía 310 CV y 446 Nm de par máximo. Este bloque iba gestionado por un cambio manual de cuatro velocidades, además de contar con un sistema de refrigeración mejorado.
De igual manera, para bajar su peso, su carrocería estaba concebida en fibra de vidrio y el habitáculo iba despojado de cualquier elemento prescindible, además de sumar una jaula antivuelco como exigía el reglamento de competición.
Este ejemplar ha pasado por varias manos en sus más de 50 años de vida, siendo su último propietario antes del actual John Atzbach, fan de Shelby y conocido coleccionista de la firma norteamericana. Lo adquirió en 2010 y encargó a Thoroughbred Restorations su restauración para devolverlo al estado original de aquella primera carrera en la que compitió en Green Valley. Un trabajo que llevó nada menos que cuatro años e implicó a varios ex-empleados de Shelby.
En 2014, ya completamente restaurado, se presentó en el concurso de elegancia de Amelia Island, del que resultó ganador en su clase. También se alzó vencedor en su categoría en el concruso de elegancia de Pebble Beach al año siguiente, además de recibir el premio 'Car We Would Most Like to Drive' que otorga en esta cita la revista Road & Track.
Sea como fuere, su nuevo propietario disfrutará de esta máquina del tiempo tras desembolsar lo que nadie ha pagado nunca por un Ford Mustang.
Fotos: Mecum Auctions
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