El pasado día 4 de marzo, Walter Röhrl tenía una cita muy especial. Suya es la frase de que "Un coche sólo es lo suficientemente rápido cuando por las mañanas te da miedo abrirlo". Y creemos que esa mañana sintió miedo, ya que el coche con el que tenía la cita era el mítico Audi Quattro y el lugar el tramo del Col du Turini, el clásico del rallye de Monte Carlo que Röhrl ganó en cuatro ocasiones.
La última vez que Röhrl venció allí fue en el año 1984 a los mandos de un Audi Quattro, y el pasado 4 de marzo ambas máquinas se reencontraron para celebrar el 30º aniversario de Quattro. Audi Tradition se encargó de sacar el Audi Quattro que un día pilotaran Walter Röhrl y Christian Geistdorfer del museo de la marca y ponerlo a funcionar a pleno rendimiento.
Röhrl y Quattro volvieron a formar la perfecta combinació que ya había logrado la victoria en Monte Carlo en el año 1984, precisamente el mismo año en que Röhrl entró en el equipo Audi. Röhrl ha conseguido entrar en la leyenda por ser uno de los mejores (si no el mejor) piloto de rallyes de todos los tiempos.
Consiguió batir a los pilotos nórdicos, tanto suecos como finlandeses sobre nieve, hielo, tierra y la superficie que fuese necesaria, algo que nadie había conseguido hasta el momento. Y la historia de Walter Röhrl dio como resultado el desarrollo de mitos de las cuatro ruedas como el Audi Sport Quattro S1.
Para cerrar su relación con los coches de rallyes Audi, Walter Röhrl partició en la ascensión a Pikes Peak con una versión todavía más potenciada del mítico Audi Sport Quattro S1 en el año 1987. Como no podía ser de otra forma, el piloto alemán pulverizó el record de esta mítica prueba, y las imágenes de tan loable hazaña siguen siendo pieza indispensable en la colección de videos de cualquier amante del automóvil de competición
Röhrl colgar definitivamente el casco (porque el mono aun lo sigue usando como probador de Porsche) en los circuitos y de la mano de Audi. Corrió con Audi tracción Quattro en los circuitos americanos de TransAm e IMSA, así como en el DTM alemán, en su retorno a Europa.
Lo que comenzó siendo una solución técnica para imponerse en el Campeonato del Mundo de rallyes se ha convertido en la estrategia de marketing en torno a la que la marca de los cuatro aros ha basado su estratégia.
Estoy seguro de que Walter Röhrl conseguiría estar en los puestos de cabeza si participase en una prueba del mundial de rallyes, y es más, también estoy seguro de que arrasaría con todos los coches actuales si le dejasen el Audi Sport Quattro para enfrentarse a ellos. Eso que eso eran manos de verdad y eso eran rallyes de verdad, una pena que esa especialidad haya perdido tanto de su esencia.
Via | Audi