El tuneo de lujo del Toyota iQ está teniendo más éxito del esperado. No consiguen vender más unidades por falta de unidades en stock. Al menos, eso es lo que dice un ejecutivo de Aston Martin a la revista Autocar. El precio no espanta a sus potenciales compradores, sino el tiempo de espera.
Por lo visto, el cliente típico del Aston Martin Cygnet llega, lo ve, le gusta y se lo quiere llevar inmediatamente. El tiempo que se tarda en configurar uno al gusto, encargarlo y esperar a que lo traigan de fábrica desanima a muchos. Se valora mucho la rapidez de entrega antes que las grandes posibilidades de personalización.
Si hablásemos de un iQ, no tendría mucho misterio, porque casi todos tienen el mismo interior. Pero de cara a tener un coche de lujo muy personalizable, ¿con qué criterios se encargan coches para estar de stock? ¿Con qué cueros, qué colores y qué extras? Eso puede hacer que algunas unidades tengan difícil salida al mercado.
No debería extrañarnos, para un millonario que ya tiene un Aston Martin, es una compra con un componente de irracionalidad, aunque pensándolo bien, sea un medio de transporte más adecuado para las urbes que los hermanos de gama. Y más el año que viene, cuando salga la versión eléctrica, pues también habrá un iQ eléctrico.
Fuente | Autocar
