Nuestros contendientes recurren a motores sobrealimentados de gasolina. Los comentaré en detalle, así como el comportamiento de ambos monovolúmenes, por encima de la media del segmento. Son lo más parecidos a una berlina sin serlo, con más espacio y practicidad que estas.
Permiten compatibilizar conducción deportiva light con la familia, aunque conviene no mezclar ambas cosas. ¿Cuál crees que es el motor más interesante, el 1.4 TSI de 140 CV o el 1.8 TFSI de 160 CV? Si quieres saberlo, tendrás que seguir adelante…
Conducción y dinámica
Le toca al SEAT primero. Aunque comercialmente el motor se denomina TSI, a todos los efectos es un TFSI y en este análisis lo llamaré como tal. Además, las insignias laterales ponen “TFSI”. Es un motor de 1.798 cc con un turbocompresor e inyección directa de gasolina, con su correspondiente intercooler. Eroga 160 CV a 5.000 RPM y es actualmente el Altea XL más deportivo.
El par máximo es 250 Nm, constantes entre 1.500 y 4.200 RPM, lo que en cristiano significa que empuja que te cagas tiene una gran fuerza y es muy aprovechable a bajo régimen. De hecho, los desarrollos del cambio son larguillos, de los más largos que he visto en motores gasolina hasta el momento, entiéndase en 4 cilindros. Con este motor alcanza 210 Km/h y acelera de 0 a 100 Km/h en 8,6 segundos. Recuperando es un auténtico cohete, pues pasa de 80 a 120 Km/h en cuarta en menos de 6,5 segundos.
Es el reemplazo lógico del 2.0 FSI de 150 CV, actualmente retirado. Era un motor con respuesta suave y agradable a pocas vueltas, un poco gastón, vibrador, áspero y perezoso a alto régimen. El nuevo 1.8 TFSI le saca los colores y para postre gasta menos. A un Altea XL 2.0 FSI Tiptronic le hice un consumo medio de 8,9 litros (de ordenador), mientras que el 1.8 TFSI me declaró 8,2 litros en condiciones más exigentes, que acabaron siendo 8,35 litros reales en una prueba de casi 1.000 kilómetros. Para lo espabilado que es, no es un consumo elevado, y podía haberme gastado aún menos.
¿Y qué hay del Touran? Volkswagen apuesta en este escalón de potencia por el 1.4 TSI con doble sobrealimentación (compresor y turbocompresor), inyección directa e intercooler, pero con un bloque motor pequeño. Su modesta cilindrada humilla a muchos motores atmosféricos de 2 y 2.2 litros de gasolina, no hay que tomárselo a risa. A 5.600 RPM obtenemos los 140 CV y el par máximo se mantiene en 220 Nm desde las 1.500 hasta las 4.000 RPM. Al igual que el 1.8 TFSI es muy aprovechable desde bajo régimen.
Los desarrollos del cambio son más cortos en el Touran, pero por debajo de la media. No es un motor perezoso, a cualquier régimen responde muy bien, aunque circulemos a 50 Km/h en 6ª, basta que entre en funcionamiento el compresor y como no sufre el efecto turbo-lag, en un suspiro ya está acelerando.
Catapulta al monovolumen hasta 200 Km/h y acelera de 0 a 100 Km/h en 9,8 segundos. Hay que destacar que el peso del Touran es de unos 70 Kg menos que su oponente de Martorell. La simulación de adelantamiento la despacha aproximadamente un segundo más tarde que el Altea XL (igualdad de condiciones).
Las cifras y la realidad van parejas. Esos 20 CV de menos (creyéndonos las fichas) y 30 Nm menos de par hacen que el Altea XL sea más rápido que su oponente y una opción más deportiva. Los dos motores responden muy bien a cualquier régimen, no son bruscos ni ruidosos, pero el Altea XL es claramente más rápido, en recta y en curva.
No sólo se trata de motor, sino de la puesta a punto. El Altea XL cuenta con una suspensión deportiva que disminuye el confort pero hace al monovolumen muy ágil en conducción rápida, tanto que pocos oponentes podrían seguirle en un circuito.
El Touran no se queda corto, es muy estable y goza de un buen paso por curva. Apurando, tiende a subvirar pero basta levantar el pie del acelerador al abrir volante para enderezarlo, eso suponiendo que no vamos demasiado deprisa. No conseguí notar amagos de sobreviraje a ritmos racionales, y en el Altea XL tampoco siempre y cuando no monte los Pirelli P7. Seré todo lo sincero posible, no me gustaron nada. He probado tres unidades de Altea XL: 1.6 de 102 CV y 2.0 FSI con neumáticos Michelin y el 1.8 TFSI con Pirelli P7.
Sabiendo que no era problema del coche y contando con una suspensión dura, me sorprendió que frenando en un STOP necesitase más metros de los que considero normales, aunque había un poco de gravilla. No le di demasiada importancia. Cuando me dio culetazos en conducción urbana a unos 30-40 Km/h en suelo seco sin suciedad aparente sobre el asfalto, ya me puse alerta, la adherencia no tenía nada que ver. Por el dibujo, los neumáticos tenían pocos kilómetros, pero me es igual, no los recomiendo.
El Touran tiene un argumento a favor del SEAT, y es que aunque tiene unas prestaciones más modestas, su consumo es un poco menor. Los consumos de las unidades probadas antes de que las condujese yo fueron de 9,6 l/100 Km para el Altea XL 1.8 TFSI y de 8,6 l/100 Km para el Touran 1.4 TSI, estos datos deben tomarse orientativamente, ya que a las unidades de prensa se las suele exprimir mucho. Además, el Touran no había hecho más de 2.600 Km. y el Altea XL tenía más de 6.600 Km.
El Touran me consumió 6,8 l/100 Km a ritmo tranquilo y 7,2 l/100 Km animándole un poco, siendo la cifra final 7 litros cada 100 Km. El consumo real está entre 7 y 8 litros, más cercanos a los 8. Entre eso y que el Touran tiene un depósito más grande, con el Touran me haría 750 kilómetros y con el Altea XL 660 kilómetros entre repostajes. La diferencia no es sangrante, pero se acaba notando. Como ambos motores son sobrealimentados, el estilo de conducción influye mucho en el consumo.
A la hora de conducir el Touran me pareció más agradable por su inferior sonoridad y por el tacto de los pedales y dirección, un poco más conseguidos. El Altea XL tiene un embrague muy nervioso y es más fácil calarlo, además no tendrá cambio automático de momento, mientras que el Touran puede optar por la excelente caja automática DSG, comentada en la prueba del Volkswagen Jetta.
No obstante el puesto de conducción del Altea XL me gustó más ya que el reposapie izquierdo es más cómodo (menos vertical) y mi posición era más natural que a los mandos del Touran. La accesibilidad de los mandos es distinta, me parece más acertada la del Volkswagen, ya que el Altea XL deja algunos mandos cerca del freno de mano, si bien es cierto que no están pensados para manipularse en marcha. También hay que mencionar que los asientos deportivos del Altea XL ofrecen mejor sujección lateral.
Los dos cuentan con un cambio de 6 velocidades bien escalonado, con un tacto preciso y agradable. Para errar la inserción de una marcha, hay que ser muy torpe. Como muchas piezas son comunes, no hay grandes diferencias. El regulador de velocidad está en el mismo lugar, así como el mando de luces, el ordenador tiene las mismas funciones, la marcha atrás se acciona empujando el pomo hacia abajo, el limitador es voluntario (advierte sólo, no impide rebasar), los climatizadores son bizona, etc.
Tratando de auto-resumirme, son dos opciones más dinámicas que el resto. Los motores prometen consumos contenidos y buenas prestaciones a cambio, incluso más de las que vamos a necesitar. Los pequeños matices hacen que el Altea XL sea más indicado para los conductores más dinámicos y el Touran más agradable para viajar, ya que es más cómodo. Si venimos de conducir una berlina de 3 volúmenes, pocas cosas vamos a echar de menos y nos adaptaremos rápido.
Hay una opción adicional en gasolina que debe tenerse muy en cuenta. El nuevo motor 1.4 TSI de 125 CV se perfila como una buena alternativa al 1.8 TFSI en el Altea XL sin bajar hasta los 102 CV del 1.6 de 8 válvulas, auna prestaciones más que correctas y un consumo más aquilatado. Volkswagen de momento sólo oferta para el Touran el 1.6 de 102 CV y el mencionado 1.4 TSI. En diesel, el Altea XL tiene motores TDI de 105, 140 y 170 CV, mientras que el Touran añade a la oferta un 1.9 TDI de 90 CV como escalón de acceso.
Y hasta aquí hemos llegado en el plano dinámico. En la próxima entrega hablaré de equipamiento y de medidas de seguridad tanto activa como pasiva.