El día 1 de septiembre de 1944, el Volvo PV444 se presentó en el Royal Tennis Hall de Estocolmo. Fue todo un símbolo, la señal con que la firma sueca marcaba el antes y el después de la Segunda Guerra Mundial un año antes del fin de la contienda en Japón, una paloma de la paz adelantada por una marca que en aquel entonces tenía sólo 18 años.
No fue el único modelo que se presentó bajo esta culumbófila denominación. Junto al pequeño Volvo, que sin duda centró las miradas de la época, el Volvo PV60 fue un diseño concebido en 1940 pero que se vio obligado a esperar, ante el práctico cese de la producción de coches civiles en Göteborg. Mucho más inmediato fue el PV444, diseñado en 1942 por 40 profesionales de la marca sueca.
Del Volvo PV444 se construyó un modelo a escala real en madera pintada de color negro, con piezas pintadas en color plateado marcando el punto en el que se emplazarían las ventanas. Estuvo a punto para presentarse en marzo de 1944 ante los fundadores de Volvo: Assar Gabrielsson y Gustaf Larson. En aquel preciso instante se decidió el paso a producción del PV444.
Mientras estuvo expuesto al público y en el corto periodo de tiempo que le siguió, se registraron 2.300 pedidos, pero no fue hasta el 3 de febrero de 1947 que salió la primera unidad de la línea de producción, y un mes más tarde comenzaron las entregas a los compradores, después de que los primeros prototipos fueran sometidos a duras pruebas.
Tres años de espera para tener aquella pequeña berlina sin duda son un buen indicio de la pasión que supo levantar. No fue el primer modelo pequeño de Volvo, pero sí el primer monocasco. Su motor 1.4 entregaba 40 CV en su primera versión. Luego vendrían los motores de 44 y 51 CV.
Al cabo de 10 de muestra al público en el Tennis Hall, fueron 148.437 visitantes los que se pasaron por allí. El pequeño Volvo cautivó las miradas y consiguió superar con creces las expectativas de producción. De 8.000 unidades previstas por aquella marca que hasta la fecha tenía el listón situado en las 2.000, se alcanzaron las 200.000 unidades ya en 1958. Y si contamos con el modelo posterior, el Volvo PV544, la cifra asciende a 440.000 unidades hasta 1965. De ellas, 280.000 se quedaron en Suecia y 160.000 salieron al extranjero, algo casi insólito para la marca antes de la paloma de la paz.