La NHTSA, el organismo encargado de la seguridad vial en Estados Unidos, que depende del mismo DoT (Departamento de Transporte), acaba de meter a Volvo un buen paquete. Mediante una investigación que empezó en 2011 se ha determinado que Volvo tardó mucho en avisar a las autoridades de defectos que afectasen a sus coches.
Nos referimos al plazo de cinco días hábiles que da la NHTSA para ser avisados de cualquier problema, y que eso implique una llamada a revisión de sus coches. A Toyota le pasó lo mismo, solo que ellos pagaron la multa máxima, 16 millones de dólares, y de hecho les pusieron otras dos (49 millones en total).
Volvo Cars North America LLC y Volvo Car Corporation asumen su culpa y pagarán sin rechistar, el dinero se irá directamente al tesoro público. Apostamos a que la próxima vez Volvo pondrá un poco el turbo a la hora de avisar a las susceptibles autoridades federales, aunque en realidad, esa cantidad es calderilla para un gran fabricante.
Fuente | NHTSA